I Still Want You (KOOKV/KOOKTAE)

Capítulo 13: La gran guerra.

El regreso a Seúl fue inquietantemente distante, Jungkook y Taehyung se hablaban solo lo necesario, se centraban más en poner atención a los niños para disimular que no estaban en su mejor momento, ambos divididos entre su enojo y el extrañarse, ¿qué les estaba pasando?

En las últimas dos semanas Taehyung había estado corriendo de un lado a otro entre juntas, programación y supervisión de proyectos, estaba sumamente cansado y estresado, comiendo más de lo normal en su ansiedad porque las cosas en su matrimonio seguían igual de turbias como cuando dejaron Francia atrás, Jungkook casi no volteaba a verlo y el hecho de que lo ignorara era doloroso.

Dormían en la misma habitación para mantener las apariencias ante los niños, pero cada uno de su lado, como si fueran dos individuos que nunca se hubieran conocido antes, como si no se amaran de la manera en la que lo hacían.

Jungkook estaba herido, porque quizá Taehyung podía tener sus motivos para estar molesto y celoso por la aparición de esa rubia, pero él solo podía aceptar la culpa que le correspondía, como era el hecho de que ella fue una de sus amantes cuando estaban juntos. Aún así, no podía autoculparse por volver a encontrarla años después porque es algo que él no había planeado, ni siquiera la reconoció.

Le dolía en el alma que el doncel estuviera siendo su verdugo y actuando como si él fuera una escoria que jamás hizo nada por cambiar, lo estaba haciendo sentir mal con su actitud distante y fría, así que prefirió optar por alejarse también antes de ser nuevamente rechazado por el chico que amaba.

No trataba de justificarse, pero Taehyung sabía con precisión que en su época de player no estaba bien mentalmente por diversos factores que lo rodeaban, no porque estuviera loco, sino porque como el doncel lo dijo, tenía necesidad de ser aceptado por su padre, por sus supuestos amigos que no paraban de adularlo, por todo el mundo que lo rodeaba y el mismo que le dio la espalda cuando su padre lo desheredó, solo Min Yoongi estuvo ahí de todos ellos, el único que siempre fue real.

En su necesidad de probarse que no se estaba enamorando del doncel que su padre desaprobaría, fue que hizo y deshizo como quizo, siendo infiel y aprovechándose de la ingenuidad de Taehyung, de eso asumía completamente la culpa por ser un canalla, pero si él ya no tenía esas formas de actuar, si se arrepintió de sus actos e hizo todo lo posible por solo brindarle felicidad en su matrimonio, ¿entonces por qué su esposo no le daba crédito?

No buscaba que lo adulara por tratarlo bien, ya que como esposos un trato amoroso, respetuoso y amable era lo mínimo que podía esperarse, pero Taehyung estaba siendo completamente injusto y por mucho que le doliera, no siempre podía ser él quien se disculpara, una relación era de dos y si su pareja no ponía de su parte, él no tenía ganas de arrastrarse por perdón o afecto porque en esta ocasión era inocente, el mismo doncel estuvo ahí cuando sucedieron las cosas durante la gala.

Sabía que sus hijos podían sentir el distanciamiento de sus padres, últimamente se notaban decaídos y eso le rompía aún más el corazón, los desayunos eran casi en silencio salvo por una que otra broma que los gemelos hacían, pero aún así la tensión rondaba la mansión de los Kim.

El pelinegro no quería que sus hijos se sintieran intimidados en un ambiente hostil, por lo que cada que podía trataba de pasar tiempo de calidad con ellos pues Taehyung se la vivía en la oficina y llegaba a casa hasta altas horas de la noche, se daba un baño y caía profundamente dormido hasta el día siguiente.

Era una mierda porque ambos se estaban lastimando mutamente, pero al parecer nadie haría nada para tratar de solucionarlo.

Jungkook llegó esa tarde a la mansión y notó que los niños no estaban a la vista por ninguna parte de uso común, supuso que se encontraban con su niñera jugando en el jardín, por lo que subió a su cuarto para tomar un profundo baño de burbujas e intentar relajarse, luego le daría los toques finales a una de sus pinturas que estaban a punto de ser envueltas para irse con el comprador.