Cuando Taehyung conoce a un habitante de Andrómeda IV, el grupo aislado más poderoso de la galaxia y al que su padre tanto desprecia, su vida dará un giro de 180°, ¿traerá consecuencias negativas a su planeta o sólo será una aventura fugaz?
🪐Taegi
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"Pero luego el destino me puso de rodillas, y pone nuevas alturas más allá de mi alcance, debajo de la tierra, debajo del concreto, el mundo entero puso cadenas en mis pies"
—¿Qué haces aquí?— dijo en tono hosco.
Cuando al fin bajó de la nave y llegó hasta la base, descubrió con desagrado (y algo de decepción) que la persona que estaba de pie frente a su puerta, no era su padre.
—Esa no es la manera de tratar a tus superiores, Yoongi— comenzó a reírse.
Suga lo miró mal, y caminó hasta estar casi frente a él, odiaba que lo llamara así.
—No tengo tiempo para esto, ¿qué quieres Jungkook?— dijo con fastidio.
Jungkook sonrió y miró hacia la nave de Suga.
—¿Perdiendo el tiempo otra vez?— sonrió —No puedo culparte, no tienes misiones reales, sólo cuidar este aburrido lugar.
Suga no dijo nada, pasó de largo y se colocó frente a la entrada. No debía permitir que Jungkook entrara.
—A veces me siento un poco mal por ti— suspiró — Pobre Yoongi, humillado y relegado al lugar más miserable de toda la galaxia— dijo con tono burlón.
La paciencia no era una de las mejores cualidades de Yoongi, sobre todo si se trataba de Jungkook y sus ataques. Estaba estresado por lo que había pasado días atrás en una reunión con su padre, y ahora tener que soportar nuevamente sus estúpidos comentarios, le resultaba agotador.
Sin pensar si quiera en las consecuencias, se acercó a él, dispuesto a propinarle un golpe, donde fuese, pero olvidó algo demasiado importante: se trataba de Jungkook. Éste detuvo su golpe con una sola mano, apretó el agarre y con su mano libre comenzó a golpearlo repetidas veces en el estómago.
—Nunca aprenderás Yoongi— continuó golpeando —, no puedes conmigo.
Suga intentó defenderse, pero fue inútil, siempre lo era cuando se trataba de él.
Jungkook se detuvo, soltó la mano de Suga, haciéndolo caer al suelo casi sin aliento y con un hilo de sangre saliendo por su boca. Se acercó hacía el cuerpo magullado, colocó su pie sobre el rostro del más pequeño y presionó con fuerza.
—Espero que esto te haga recordar que no eres nadie Yoongi— rio —, y que la próxima vez que te atrevas a golpearme será peor.
Después de ejercer suficiente fuerza y enterrar la suela de su bota en el rostro del contrario, quitó su pie, y procedió a patearlo con fuerza. El poco aire que aún quedaba dentro de su cuerpo salió junto con un lamento de dolor.
