🌹2. El niño solitario🌹

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Jun Pyo Gu heredero del Grupo Shinhwa había sido tratado como el más valioso y raro objeto que todos debían venerar desde que nació, aprendió que nadie estaba por encima de él y que podría tenerlo todo con solo pedirlo

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Jun Pyo Gu heredero del Grupo Shinhwa había sido tratado como el más valioso y raro objeto que todos debían venerar desde que nació, aprendió que nadie estaba por encima de él y que podría tenerlo todo con solo pedirlo. Creció rodeado de lujos y comodidades, pero también bajo la estricta mirada de profesores y tutores privados que se encargaban de moldearlo conforme crecía para convertirse en el digno heredero que su familia necesitaba.

Jun Pyo siempre pensó tenerlo todo y que nunca le faltaría nada, se convenció desde pequeño que esa era la vida que merecía y que sus caprichos debían ser satisfechos por su duro esfuerzo en los estudios y el refinamiento que recibía en clases.
Una vez quiso un pastel de veinte pisos y lo consiguió, en otra ocasión deseo tener un videojuego que todavía no se había estrenado, pero lo consiguieron para él de inmediato, todo siempre parecía funcionar como él quería; sin embargo, un día hizo una petición que no fue satisfecha y eso le demostró que realmente no tenía todo como pensaba.

Jun Pyo quiso salir con sus padres y su hermana todo un día de paseo a un parque, montar en bicicleta, e ir a pescar a un lago cercano o solo recortarse en el pasto luego de haber jugado con una pelota todo el día en compañía de su familia, eso era lo que había visto en una película y aunque se había acostumbrado a que le dieran siempre la misma respuesta afirmativa, aquella vez fue diferente, sus padres estaban muy ocupados y su hermana casi nunca estaba en casa por la escuela y las lecciones particulares en la que su madre la había inscripto, la respuesta fue un rotundo «no» y al escucharlo el pequeño empezó a odiar esa palabra.

Jun Pyo se dio cuenta entonces que podía tener todo lo material que quisiera por más costoso que este fuera, pero el tiempo de su familia parecía ser incluso más caro que todo el dinero que poseían en los bancos. Las veces que se reunían eran muy pocas y el tiempo demasiado limitado. Una vez se pregunto si él podría reunir el dinero suficiente para poder comprar todo un día con su familia, pero los adultos se rieron de él cuando escucharon su propuesta. Jun Pyo estuvo enojado y pensó en muchas maneras de llamar la atención, pero con el tiempo se dio cuenta de que nada de lo que hiciera parecía funcionar, al final lo olvido.

Cuando entró a la escuela Shinhwa conoció a un grupo de niños que parecían ser iguales a él así que se les unió, al principio Jun Pyo solo prendía usarlos para no sentirse tan solo, pero luego se dio cuenta de que podía contar con ellos sin dudarlo, además al mismo tiempo conoció a una niña que le pareció extraña y molesta al principio, pero que luego le causó curiosidad pues parecía ser fascinante e interesante de un modo en que él todavía no podía comprender.

—¿Cómo podría estar con alguien tan fea como ella? Puedes creer que tenía un dibujo así en su cuaderno, en serio la odio —le comentaba el pequeño Jun Pyo a su hermana mayor por el teléfono.

—Ya veo, pero solo son cosas de niños. A tu edad yo también tenía algunos pretendientes molestos, solo no la intimides, ni la odies demasiado de acuerdo, míralo como un halago de un club de fans, en el futuro seguro querrás tener uno —su hermana prendía calmarlo con esas palabras, pero incluso cuando Jun Pyo era todavía tan pequeño su  temperamento no era tan fácil de controlar.

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