Los hombres de El valle 2 - El militar y el olvido (Soonhoon) [+18]

Capítulo 1 - Soonyoung

Detuve la moto a una prudente distancia, dejándola preparada en caso de necesitar una salida. Había costumbres que no podía dejar atrás una vez dejado el uniforme. Me quité el casco arreglando mi pelo y mostrando una de mis mejores sonrisas.

— Buenos días —Le saludé

— Buenos días —Me respondió con recelo, pero su expresión cambió a la sorpresa cuando saqué a Kiara de su transportín.

—Es un perro de terapia —Le expliqué como me habían indicado los médicos una vez que me lo dieron—. Sufro estrés postraumático y....

—No me acercaré si no le das permiso —Terminó por mi demostrando que era cierto lo que ponía en la web—. Hemos trabajado con algunos. Mingyu incluso ha llegado a entrenarlos —Me tendió su mano como saludo—. Yoon Jeonghan, dueño del rancho Valle para la recuperación ¿En qué puedo ayudarle?

—Kwon Soonyoung —Le expliqué. Había llegado el momento—. Teniente retirado por causas médicas —Tragué saliva, nervioso. Estaba cansado tras el viaje y la pierna me estaba matando por la moto. Nunca se recuperaría por completo y tendría que acostumbrarme a parar más de lo habitual—. Llevo tres días viajando, justo después de salir del hospital. Quizás esto sea una locura, pero necesitaba verlo. Cuando desperté tras dos años fuera, me dijeron que mi amigo Jihoon había muerto. Un año después, tras salir del hospital... —Suspiré, no hacía falta que le contase toda la historia, debía ir al grano—. Estoy aquí por su anuncio de búsqueda. Estoy aquí para ver si vuestro hombre sin memoria es el hombre que dejé atrás. La foto es idéntica, con cicatrices, pero igual que él.

Jeonghan abrió los ojos, sorprendido, pero no tardó en dibujar una sonrisa. Me contó que el mensaje había sido su último recurso para encontrar quién era. Había perdido la memoria, salvo por los aprendizajes básicos de su vida, y llevaba tres años trabajando en el rancho, creándose una nueva vida. Sin embargo, es no iba a borrar el vacío que sentía y si había alguien que pudiera rellenar esos huecos, podría hacer maravillas en su progreso. Al menos, sabría que no había estado solo en el mundo como parecía tras años sin nadie buscándole. Aun así, notaba en él, tanto como en mí, que no quería hacerse ilusiones por si aquello era una falsa alarma, las ideas de un desesperado que quería recuperar a su amigo.

— ¿Puedo...? —No sabía cómo decirlo. No sabía que necesitaba. Solo era consciente de que era posible que aquel hombre fuese mi Jihoon.

— Ven, siéntate en el salón y descansa un poco —Me señaló la pierna que comenzaba a temblar por el esfuerzo y sonreí avergonzado—. Voy a ir a buscarle. Si es él, no lo digas. Para él ahora eres un desconocido y podría desencadenarle un ataque. Ya veremos que debemos hacer.

Miré a mi alrededor maravillado por la sensación que generaba la decoración. Los tonos de madera, la chimenea y las plantas gritaban hogar como hace años lo habían hecho sus fotos colgadas en la pared y las sonrisas de Jihoon cuando llegaba a casa. Un chico apuesto de baja estatura y rizos en su pequeña melena apareció de la nada. Llevaba un delantal que rezaba: "¡Oh my gosh! Me has pillado con las manos en la masa".

—Buenos días. Soy Seungkwan y me encargo de que la casa no se caiga ¿Quiere algo de beber o comer mientras espera?

—Oh, por favor, tutéeme —Le sonreí cuando me dijo que hiciera lo mismo, no quería sentirse viejo—. ¿Podrías darme un vaso de agua, por favor? Te lo agradecería mucho.

Sus ojos se fueron a Kiara y se dulcificaron. Sin embargo, al ver el arnés se detuvo. Él también debía saber que no se trataba de un perro de compañía. No solo era mi mejor amiga, era la razón por la que había podido a vivir mi vida, fuera del hospital. Muchas cosas habían cambiado desde mi último alistamiento, pero al menos podía salir y disfrutar de la nueva relación con mi padre. De no haber sido por la pesadilla que me tocó a vivir, posiblemente hubiésemos seguido a nuestro orgullo y no hubiésemos vuelto a hablar. Puede que incluso fuese capaz de recuperar a mi amigo, aunque él también fuese un hombre diferente.