Mi turno había terminado. Olía aun a humo, pero prefería ducharme en casa. Me esperaba mi cama en cuanto me limpiase y cambiase, no quería demorarme en la estación. Había sido uno de esos días complicados en los que no habían podido parar ni un segundo. Cuando vi el coche parado en medio del arcén con las luces de emergencia, suspiré. Hoy parecía no ser mi día. Frené mi camioneta unos metros por detrás y me acerqué hasta la ventanilla del conductor. El dueño del vehículo permanecía con las manos en el volante, la cabeza apoyada en ellas y los hombros caídos. Parecía agotado, derrotado. Toqué con cuidado, pero no pude evitar que el hombre se sobresaltase. Cuando me miró y bajó la ventanilla, su rostro me resultó familiar.
—¿Se encuentra bien? —Pregunté con delicadeza—. ¿Necesita ayuda?
—Solo me faltaban veinte minutos para llegar a casa, solo veinte y ahora no arranca —Sus ojos brillaban por las lágrimas contenidas—. Encima no me queda batería en el móvil y no puedo avisar para que vengan a por mí.
—No pasa nada, vamos a ver si es algo que pueda solucionar. Si no, llamaré a la grúa y te llevaré a casa —Le dije sonriendo para tratar de tranquilizarlo. Por mucho que quisiese llegar pronto, no podía abandonarle cuando se veía tan disgustado.
—¿Eres un ángel? —Me dijo asombrado.
—No, bombero, pero vamos de la mano —Le guiñé el ojo antes de pedirle que abriese el capó.
Le pedí que tratase de arrancarlo, pero no ocurrió nada. El aceite, la maquinaría y todo funcionaba y estaba correcto. Tenía que ser la batería. Sin embargo, ni mi nuevo amigo ni yo llevábamos pinzas para tratar de arreglarlo con mi coche. Por las maldiciones que soltó, no me cabía duda de que había sido por dejar las luces encendidas, aunque no me explicó más allá de que tuvo que ser un despiste. Llamamos a la grúa y cuando Carl, el dueño, se llevó el coche pidiendo que lo recogiésemos esa noche, monté al hombre en mi coche.
—Todo irá buen —Le dije al verle tan decaído—. Solo tienes que decirme dónde te llevo y luego, si no hay nadie que pueda acercarte a recoger el coche, lo hago yo.
—Gracias —Apoyó la cabeza en la ventanilla—. Mi hermano o su novio lo harán seguro —Suspiró—. Voy al Rancho El Valle para la recuperación.
Al decir la dirección comprendí por qué me resultaba tan familiar y entendí de pronto por qué parecía tan agotado. Había tenido unos meses muy malos, años incluso, y yo sabía toda la historia, porque Seungcheol no paraba de mencionarlo.
—¿Joshua? ¿Eres Choi Joshua?
—¿Me conoces? —Se incorporó para mirarme.
—Soy Lee Jihoon, Woozi para los amigos, vivo con tu hermano y Jeonghan —Cuando lo viesen iban a ponerse muy contentos. Debería haber llegado en Navidad y allí estaba, tres días después de Año Nuevo—. Todos te estábamos esperando. Seungcheol ha estado muy preocupado.
—No quería preocuparle, pero todo ha sido muy complicado y no podía venir antes.
—No te preocupes, ahora estarás bien. Has llegado a casa.
Algo le había pasado a Joshua más allá de los problemas que ya traía consigo. No se lo había contado a su hermano, pero ¿Por qué? Seungcheol podía apoyarle en un momento así, para eso estaba la familia. No hice preguntas, solo hacía falta ver sus ojos tristes y la rigidez de su cuerpo para saber que necesitaba tranquilidad. Fuese lo que fuese, ahora que había vuelto a casa, cuidaríamos de él.
NOTAS:
¡Hola! He vuelto a traeros el final del libro. Sí, hemos llegado ya al epílogo. Nuestros chicos seguirán apareciendo, eso que no os quepa duda, pero ahora adquirirán un papel más secundario porque... ¡Llega la historia de Joshua!
En cuanto a William y Junsoon tendrán un cierre en un extra final, pero este os lo subiré tras mi parón por estudio. Porque tristemente, con el final de esta historia, desapareceré hasta julio. Eso no significa que dejaré de escribir, solo que lo haré sin subir nada. Voy a centrarme en arreglar esta historia, La manada del Lago Yang y alguna que otra cosa más.
Espero que hayáis disfrutado tanto como yo escribiendo sobre Soonyoung y Jihoon y nos vemos de nuevo antes de que os deis cuenta ¿Quién acompañará a Joshua en su historia? Hagan sus apuestas
ESTÁS LEYENDO
Los hombres de El valle 2 - El militar y el olvido (Soonhoon) [+18]
RomanceSoonyoung ha tenido un secreto durante años, pero las circunstancias siempre le impiden confesarlo. Tres años después de una pesadilla tras otra y con una carga emocional sobre sus hombros por los efectos secundarios de su tiempo en el ejercito, enc...