Capítulo 20 - Soonyoung

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Sabía que, si seguía dando vueltas en la entrada de la comisaria, o mi padre o Seungcheol acabarían dándome una torta, pero no podía controlarlo. Estaba nervioso, desesperado. William había dicho que, aunque hubiese que ir a juicio, Jihoon saldría hoy porque no había pruebas suficientes. Además, el capitán de bomberos había entrado minutos antes muy decidido y me daba esperanza. Sin embargo, nada de eso evitaba que me quisiese subir por las paredes. Necesitaba que alguien me dijese que estaba ocurriendo. Sin respuestas me sentía inútil.

—Todo va a salir bien —Me dijo Seungcheol con una sonrisa. Era difícil que perdiese el optimismo.

—¿Cómo puedes estar tan seguro? —Le pregunté con un suspiro. Si me pudiese regalar su tranquilidad, todos estaríamos más cómodos.

—Cuando vivía en Seattle todo parecía ir mal y no sabía cómo enfrentarme a ello, pero llegué al Valle y me di cuenta de que todo acaba saliendo siempre bien, de todo se sale. Puede que tus problemas duren mucho o quizás duren poco, pero siempre los superas —Luego me miró con una sonrisa traviesa—. Y si no, Chan te hace que los venzas peleándote con el lago a pedradas.

—Es especial —Reí. Había calado en mi aquel hombre excéntrico.

—Y por eso vamos a hacer lo que esté en nuestras manos para protegerle —Me aseguró—. Nadie se mete con la gente del rancho sin recibir una pelea.

—¿Tú sabes lo que pasa? —Lo había descubierto por accidente, pero tenía sentido que el abogado lo supiese si se encargaba de todo lo legal de nuestro hogar.

—Sí, pero no es mi historia para contarlo. Hablará cuando necesite hacerlo.

Antes de que pudiese añadir nada más, las puertas de la comisaría se abrieron y apareció el capitán de bomberos con una gran sonrisa. Aquello debía ser buena señal, ¿Verdad? Era imposible que estuviese feliz si fuesen a acusar a su teniente, el único que amaba lo suficiente el Valle para seguir trabajando aquí, de homicidio. Tenía que asegurarme de que le llegase alguna tarta especial de Seugkwan o alguna cesta de regalo por lo bien que se había portado con nosotros, sobre todo con Jihoon.

—¿Qué han dicho? —Preguntó mi padre cuando vio que estaba demasiado nervioso para hablar.

—Está libre de todo cargo. William y él están recogiendo sus cosas y testificando sobre lo ocurrido la noche del incendio —Me miró con seriedad—. Lo ha recordado todo, así que va a necesitar un poco más de apoyo. Nunca es agradable perder a tus compañeros, pero menos aún por un miserable —El enfado era palpable en su voz y rostro—. Tendrá que ir al juicio como testigo, pero por lo demás, es completamente libre.

—Gracias por su ayuda, capitán —Le tendí la mano como saludo y él la estrechó con fuerza—. Nos vemos pronto.

—Eso espero, ese chico ya no se me escapa. Le dije que tiene prohibido dimitir o trasladarse hasta nueva orden.

Tardaron media hora más en dejar salir a Jihoon, tiempo que pasé renegando mientras Seungcheol y mi padre trataban de tranquilizarme. Cuando lo vi aparecer por la puerta con su impecable sonrisa y su uniforme, no dudé ni un instante. Me abalancé hacia él con Kiara siguiéndome. Nos besamos como si hubiesen pasado años desde la última vez. Fue delicado y desesperado al mismo tiempo.

—Dios, que miedo he pasado —Le susurré antes de volver a besarle.

—Daddy, quiero ir a casa —Dijo apoyando la cabeza contra mi pecho y frotándose los ojos con su mano libre. Era la señal de que necesitaba alejarse de los problemas adultos, dejarme tomar las riendas.

—Claro que sí, ahora mismo nos vamos, pequeño dragón —Miré a William que no parecía sorprendido por nuestro intercambio—. ¿Está todo bien? ¿Podemos irnos?

Los hombres de El valle 2 - El militar y el olvido (Soonhoon) [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora