Capítulo 5 - Soonyoung

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No quería reírme, pero era inevitable. Ver a Jeonghan pasearse por su despacho mientras escuchaba como Chan le contaba que su buen y adorable chico se había dado a la fuga con Woozi. Estábamos hablando por primera vez de lo que quería lograr con su ayuda, de lo que me había pasado y de quién era mi Jihoon al que ellos conocían como Woozi. Sin embargo, solo me había dado tiempo a contarle que mi única intención era poder disfrutar de la vida lo más estable posible, sin tener que volver a un hospital. Sabía y reconocía que habría profesiones, esfuerzos y otras situaciones que tendría que evitar, pero no necesitaba el riesgo para vivir. Él había elegido el ejército por conveniencia. En el caso de su amigo, estar en su lugar y tener que dejar su profesión hubiese sido un duro golpe. «Gracias por los pequeños milagros», pensó.

—¿Dónde se habrán ido? —Preguntó Jeonghan por enésima vez desde que Chan terminó de contarle la situación—. ¿No deberías estar tu preocupado por Woozi? —Me recriminó porque no soportaba ser el único histérico, haciéndome reír aún más.

—He visto a Jihoon lanzarse a las llamas de un edificio que se caía abajo y salir airoso llevando a un señor de noventa kilos —Le dije cruzándome de brazos—. Créeme, en este pequeño pueblo, el mínimo problema que pueda tener, lo resolverá.

—Y Seungcheol también, daddy —Dijo Chan que claramente estaba disfrutando tanto como yo con la situación—. Piensa en lo mucho que te vas a divertir con su castigo —Luego tomó un tono más serio—. Esta vez no ha sido para enfrentarse al peligro. Mónica no está. Su tío tiene bastante con lo que su hermano está haciendo en la ciudad, no tiene tiempo para volver. Estará bien.

Me explicaron en ese momento lo que había ocurrido con la ex de Seungcheol y como había estado durante mucho tiempo en el hospital recuperándose de una bala en el riñón y un infarto. Sabiendo eso, ya no me hacía tanta gracia su preocupación. Era muy normal que hasta que no dejase de estar reciente, él se sintiese más sobreprotector de lo habitual. Aún así, Chan y yo nos dedicamos a tranquilizarle hasta que al final, despachó al segundo psicólogo y volvió de nuevo a sentarse en su silla, listo para hablar conmigo.

—¿Algún día dejaré de preocuparme?

—Lo dudo, todos los años, cuando tenía que estar trabajando y no podía tener contacto con él, la preocupación me carcomía. Era bombero, cualquier día podía ser el último —Me recosté un poco en la silla y suspiré—. Además, siempre he estado en la periferia. Eran otros los protagonistas de su vida, yo me conformaba con ser su amigo.

—¿Conformaba? ¿En pasado? —Preguntó Jeonghan enarcando una ceja, aunque estaba seguro de que sabía de lo que hablaba. Estaba jugando conmigo para que fuese yo quien le contase lo que sentía. «Malditos psicólogos», pensé.

—Hace tres años mi unidad y yo nos encontrábamos en el desierto, conduciendo un convoy de vuelta a la base cuando fuimos emboscados. Nos habían visto llegar y se prepararon en el mejor lugar para atraparnos —Apreté los reposabrazos y cerré los ojos. La parte que llegaba ahora era la más dura, pero aún era capaz de contarla. Cuando se trataba de mi cautiverio, debía ser dormido después—. En cuestión de segundos, saltamos por los aires. Todo se convirtió en caos. Había gritos. Yo daba órdenes que no podían ser escuchado debido a los heridos. Perdimos a Fabia al instante, fue la que recibió el impacto de la bomba. Los demás fuimos llevados —Suspiré y me froté los ojos tratando de aplacar la tensión de mi cabeza. Kiara a mi lado gimoteó, alertándome de que comenzaba a sentirme mal—. He estado dos años atrapados, no puedo volver a hablar de ello, todavía no —Le dije a Jeonghan que asintió, respetando mis límites—. Y cuando regresé de entre los muertos, me comunicaron que Jihoon no lo había contado. Ahora estoy aquí, sigo vivo, he vuelto cuando todos pensaban que no lo haría, y ha habido un milagro: él está vivo. No quiero seguir escondiéndome.

Los hombres de El valle 2 - El militar y el olvido (Soonhoon) [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora