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—¿P-Planeas hacer algo o querés quedarte así?

—¿P-Planeas hacer algo o querés quedarte así?

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—¡Chicos!

De repente, una voz alertó a los menores que se separaron bruscamente por la sorpresa de que alguien pudiese malinterpretar la situación.
Julián se enderezó observando hacia otro lugar, y Enzo solo pudo gruñir bajo al notar que la interrupción fue hecha por el dúo de oro.

—Pepita de oro, gaviota, ¿Qué hacen acá?— inquirió Fernández entre dientes cuando se acercó a los europeos.

—Investigamos más cosas sobre Paulo, de nada. — el español menor se cruzó de brazos orgulloso ante lo hecho.

—En realidad, Ferrán me debía un favor, por eso le obligue a qué le pregunté a un compañero de Dybala sus gustos y cosas por el estilo sin parecer un acosador...Lo cuál el idiota nunca puede no aparentar. — murmuró al final Pedri, ahogando una risa burlesca por recordar cómo habían comenzado los encuentros entre ellos.

—¿A qué compañero le preguntaron? Cualquiera les puede meter el perro de sobremanera. — se metió Álvarez en la conversación, pues a pesar que estaba de acuerdo con el plan del menor, tampoco deseaba que Paredes sufriera el mal genio del cordobés.

—No te preocupes, arañita. Es un tío confiable.

—Aunque...Si requerimos de un mejor resultado. — comenzó Pablo levantando sus cejas. —Necesitamos atravesar las líneas enemigas.

—¿A qué te referís, enano?

—Esto me parece una invasión a la privacidad

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—Esto me parece una invasión a la privacidad.

Y quizás realmente lo era, pero ahora, todo era necesario con tal de que el plan sea cien por ciento efectivo.
Julián y Pablo rebuscaban en la habitación de la Joya algún papel, imagen, e incluso ropa que les dé un indicio de sus gustos. Pedri y Enzo, en cambio, preferían sentarse en la cómoda cama y no tocar nada.
En caso de que Paredes realmente robe órganos, no querían dejar sus huellas en el cuarto en caso de que la policía busque allí.

—Puede ser, pero soy su hermano, esto está permitido en nuestras leyes. — respondió sin observar al hincha de river, pues estaba más ocupado observando el gran escritorio lleno de cosas. —¡Mira, acá tenemos algo!

POLOS OPUESTOS.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora