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Que no necesitaba leerlo para saber quién era su emisor anónimo.

Era sencillo a la vista, pues era un disfraz de ángel; la típica ropa blanca (aunque por la formalidad de la fiesta, era un traje), con unas alas de tamaño mediano y a su vez, la aureola dorada que podía ser lo que más destacaba

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Era sencillo a la vista, pues era un disfraz de ángel; la típica ropa blanca (aunque por la formalidad de la fiesta, era un traje), con unas alas de tamaño mediano y a su vez, la aureola dorada que podía ser lo que más destacaba.

—Vamos a hacer el esfuerzo de leer que dice. — susurró mordiéndose el labio, cada vez más ansioso por esta sorpresa. —"Capaz te das cuenta quien soy, pero con la osadía que este pobre diablo toma con vos, te invito al baile de este finde. Bailemos como locos y también chupemos un poco. Con amor, tu probablemente Aziraphale de la salada". — redactó el cordobés, apretando la tela entre sus manos y sintiéndose volar ante tan original pedido. —¿Cómo me voy a negar a esto?

Pero solo había un problema: su padre.

El día había finalizado, y la tarde comenzaba a verse con ello

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El día había finalizado, y la tarde comenzaba a verse con ello. Era el horario perfecto de Gustavo para ejercitarse, o bueno, hacer un intento.
Él no tenía un cuarto como gimnasio, pero el amplio balcón conectado a su habitación era más que suficiente.

—¡Pa!

Y entonces el Álvarez mayor recordó que seria bueno acordarse de cerrar la puerta de su habitación con seguro.

—Hijo. — respondió cómo saludo, y dejó las pesas que utilizaba en el suelo. —Decime.

—Viste que el sábado es la fiesta que hace la escuela por fin de año. — comenzó su hijo biológico, logrando una muy ligera mueca en su rostro.

—Ya sabes cómo va la cosa. — declaró. —¿Tu hermano va?

—No todavía. — aclaró rápidamente. —Pero yo si tengo a alguien que me invito, y te juro que me gustaría bastante ir.

—Asique querés cambiar mi pensamiento para salir con el boludo de Tagliafico, ¿No? Ya escuché cosas de él.

—¿Qué?

—Sí, exacto. — volvió a decir el adulto, señalándole con su dedo índice. —Vos vas si Paulo va, y eso no lo voy a cambiar.

—¡Pero viejo! ¡Es de fin de curso, no jodas!

POLOS OPUESTOS.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora