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No haría lo que él pensaba, ¿Verdad?

No haría lo que él pensaba, ¿Verdad?

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You're just too good to be true. — la voz del cantante (no tan) desconocido, hizo que todos los que estaban en la cancha, giraran a ver en su dirección. —Can't take my eyes off of you.

—Lo va a hacer enserio. — susurró aterrado Enzo, quien a duras penas había sido llevado hasta allí, y ahora no se arrepentía.

—Le va mejor la cumbia, pero enserio leyó lo que le dimos de los gustos de Paulo. Es...Adorable. — respondió orgulloso el joven español.

You'd be like heaven to touch. — se oía como el argentino tarareaba la base de la canción. —I wanna hold you so much.

—Mi turrito no mentía. — dijo Julián manteniéndose al lado de su hermanastro en caso de que llegara a desmayarse de la impresión.

At long last, love has arrived. — era fácil ver cómo la atrayente presencia del bostero se trasladaba de un lado a otro de manera lenta, tal cuál el ritmo de la música. —And I thank God i'm alive.

—¡Vamos todavía esas clases de inglés!— animaba Rodrigo que se había colado junto a otros muchachos en lo que sería la musicalización del gran acto.

You're just too good to be true. — Paulo sintió la mirada del menor conectar con la propia, y mucho más supo que era dedicado para él apenas vio como en la última oración, lo señalaba. —Can't take my eyes off of you.

—La puta madre...— jadeó Dybala sorprendido por lo que veía, pero claro, se sorprendió aún más cuando los pertenecientes al taller de música acompañaron a la canción.

I love you, baby! And if it's quite alright. — Leandro acompañaba al momento con pequeños pasos que vio una vez en un programa, y sabía que algún día, le darían frutos. —I need you, baby! To warm the lonely night.

Paulo tenía tantas emociones juntas. Estaba impresionado, pero también emocionado de lo que su bostero era capaz; cómo un libro, o la caja de Pandora.
A él, sin más, le quedaba acercarse hacia donde estaba, pero nunca sobrepasando el límite de la cancha con la zona para los espectadores, aunque solo buscaba que el de ojos celestes entendiera que era mutuo.

I love you, baby! Trust in me when I say...— y a pesar de que la euforia con la que cantaba, iba bajando de nivel. Esperaba que su enamorado creyera en esas palabras.

—¡Te amo!— el cordobés gritó como uno de esos fanáticos locos, poniendo sus manos alrededor de su boca cómo si fuese un megáfono.

Oh, pretty baby! Don't bring me down, I pray.

POLOS OPUESTOS.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora