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Jacob Black.
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Me acomodé en el sillón una vez más, tratando de ignorar a mi hermana, quien estaba a unos centímetros de mí, riendo y disfrutando de su conversación con su novio por teléfono.

No pude evitar pensar en aquella sensación nuevamente. Con la curiosidad en mi mente sobre cómo se sentiría encontrar aquella persona que te llena por completo el alma, y te hace desear más, solo porque ella lo desea.

Hubo un tiempo en el que creí que Bella sería la indicada, aquella que me traería aquella felicidad que Sam siempre comentaba cuando veía a Emily. Pero aquello jamás ocurrió, porque ella estaba destinada a estar con aquella sanguijuela, aún cuando él no fuera más que un monstruo para mí.

-. ¿Podrías dejar de ser tan melosa, por favor? No son ni las dos, Rachel.- Gruñí, alejándome unos centímetros de ella en el sofá de dos.

-. ¿Por qué tan gruñón hoy, lobito?

-. No me digas así.- Gruñí, con mi ceño fruncido.

-. Vamos, Jake. Si te molesta, podrías sentarte en el sillón individual, o usar audífonos.- Respondió Rachel, mientras apuntaba hacia un lado de la sala, donde estaba en sillón algo desgastado.- Esta también es mi casa.

-. Yo estaba aquí primero. Tú deberías seguir tu burleria en tu cuarto.

-. Lo haría, pero este sofá es cómodo, y no me apetece levantarme.- Protestó. Iba a seguir con la discusión, pero la voz de mi padre, junto al ruido de sus ruedas nos distrajo.

-. Jacob, basta de peleas. Sam acaba de llamar, y ordenó que fueras a su casa. Algo de que tenían noticias nuevas.

Observé brevemente a la chica junto a mí, antes de asentir y murmurar que no se adueñara del sofá.
No me preocupé por transformarme, y en cambio, fui corriendo hacia su casa.
No tenía mucha prisa para hablar con Sam, sobre todo con lo último que había estado pasando en Forks.

No me sorprendería saber que las noticias que tiene, tienen que ver con Renesmee y los Cullen. Desde su nacimiento, ninguno de los lobos había estado tranquilo.

Cuando estuve cerca del sitio, me encontré con el pequeño coche de la madre de Embry, por lo que supuse que él y Quil habían llegado del almacén, y tenían lo que les había pedido. A un lado de este, estaban Leah y Seth, con este último sonriéndome.

-. ¡Al fin llegas, Jake! Ya todos están adentro.

-. ¿Y qué hacen ustedes aquí afuera?

Leah rodó los ojos, he hizo un gesto que comprendí al instante. Seth había querido esperarme, y ella se quedó con él para no estar dentro a solas con Sam y Emily.

Le revolví el cabello al menor, y luego los tres entramos a aquella cabaña, donde al instante, el olor a los panecillos de Emily llegó a nuestras narices. No me resistí, y le robé uno a Embry.

-. ¡Oye! Saca uno para ti. Hay muchísimos.- Protestó con molestia. Yo solo lo ignoré, riéndome en su cara.

-. ¿De qué se trata toda esta reunión?.- Cuestioné apenas mis ojos chocaron con los de Sam.- ¿Es sobre los chupasangre?

-. No, Jacob. Pero si es sobre una posible nueva amenaza.

La forma en que lo dijo, logró que todo rastro de diversión desapareciera de mi cuerpo, volviendo a mi expresión seria del inicio. ¿Nuevo enemigo? ¿Había otro aquelarre de vampiros por la zona?

-. ¿Qué clase de amenaza?.- Preguntó Leah, claramente interesada en el asunto. Todo lo que significara matar vampiros, ella parecía adorarlo.

-. No sabemos con exactitud. Embry y Quil lo percibieron hoy en el almacén.

Fascinated¹ | JACOB BLACKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora