Fascinated¹ | JACOB BLACK

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Reese Weasley.
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Sentí como mi cuerpo impactó contra la tierra en el suelo. Tardé unos segundos en orientarme a mi alrededor, confundida y con mi oídos tapados por el viaje que el hechizo había realizado. Cuando recordé la presencia de mis dos amigos conmigo, volteé rápidamente, buscando algún indicio de dónde podrían estar.

No se supone que el hechizo nos separara. Era algo sencillo, que ya habíamos hecho antes. Supongo que, al ser un pueblo y continente desconocido para nosotros, nuestros pensamientos no fueron exactos.

-. ¡¿Luna, Theo?! ¿Dónde están?

Me enderecé como pude, notando al instante la edificación en frente de mí. Era la misma que en la foto que Harry nos había mostrado, solo que más desgastada y antigua.

-. ¡Luna, Theo! ¡Griten, diganme algo!

Maldije internamente a todas las personas que se me pasaron por la cabeza. El hecho de que mis amigos no aparecían estaba inquietándome. Ninguno conocía el área, y lo único que rodea el lugar eran árboles y el inicio del bosque. Tragué grueso, antes de comenzar a caminar hasta la entrada del bosque. No podían estar muy lejos de donde yo había aparecido.

Traté de llamarlos sin atraer la atención de algún animal que estuviera cerca. Por más que los animales fantásticos y los perritos fueran de mis cosas favoritas, jamás había estado en un bosque muggle, y lo último que deseaba era encontrarme con un oso.

Pero parecía todo bastante silencioso, como si los animales no transitaran por estas zonas. Aquello me dio mala espina, por lo que me apresuré a buscar alguna pista del paradero de esos dos.

-. Luna, joder, tú eres la sensata de esta relación ¡¿Dónde estás?!.- Gruñí, acercándome a lo que parecía ser un prado; Quizás habían caído allí, pero no aparecían.

Sin más remedio, cerré mis ojos y murmuré algunos hechizos silenciosos, los cuales no serían detectados por el ministerio, ya que eran antiguos, y no estaba utilizando ningún artefacto mágico para realizarlo. No tardé mucho en sentir el efecto del hechizo en mí, y como pronto algo fue arrastrándome a donde mis amigos estaban.

Consiste en un hechizo localizador, que te unía con tu objetivo, arrastrándote hacia él. Es de los más rápidos que conozco, y de los más fáciles también.

Pronto mis ojos visualizaron un pequeño sendero, el cual parecía haber sido realizado por las llantas de los medios de transporte muggle. Había leído de ellos en libros, y también conocía su forma por el bus nocturo. No perdí el tiempo, y corrí hasta sentir el lazo con Luna y Theo más fuerte.

Los visualicé segundos después acostados en el césped, en medio de enormes arboles. Parecían seguir inconscientes, pero no pude evitar preocuparme cuando vi sangre en la frente de mi amiga. ¿Qué había salido mal?

Me acerqué a su cuerpo, moviéndolo de forma inquieta y desesperada.

-. Luna, joder. Despierta de un vez, rubia. No es gracioso.- Pero su cuerpo parecía seguir en aquella inconciencia. Frustrada, intenté lo mismo con Theo.- ¡Maldición, Nott! ¡Tú novia está inconsciente y sangrando, ya despierta!

Mi gargante pronto comenzó a arder, y mis ojos dejaron escapar algunas lágrimas. Todo esto era mi culpa. Jamás debí aceptar que vinieran, pero no quería estar sola, y fui egoísta.

Volviendo hacia Luna, y dejando de lado el autocontrol, posicioné mis manos sobre su cabeza, oprimiendo mis pulgares en su frente. Cerré mis ojos, y pronto sentí como mis manos se iluminaban, y mis ojos cambiaban a un color índigo. Me concentré en curar su herida, y activar su cerebro para que despertara. Cuando supuse que estaba hecho, repetí la acción con Theo.