Fascinated¹ | JACOB BLACK

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Reese Weasley.
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En medio del alboroto, lo único que pude distinguir, fueron pequeños murmullos de un hombre desconocido, que me pedía calmarme, mientras que la manta detenía un poco la sangre saliendo de mi brazo.

Joder, esto era una idiotez. ¡Había sobrevivido una guerra! Y aún así, el miedo al agua conseguía paralizarme.

Mi mente me llevó nuevamente al expediente de mis padres, alterando mis memorias y causando pequeños hipidos saliendo de mis labios.

" Encontrada sin vida en la bañera de su casa. Indicaciones de tortura con la maldición Imperio, obligándola a ahogarse hasta la muerte, mientras su esposo era torturado frente a ella...."

"... Indicaciones físicas de haber sido torturado con métodos poco usados antes. Entre estos: asfixia, golpes y violencia psicológica."

La muerte de mi madre en aquel expediente era clara. La habían torturado para que utilizara su magia a beneficio de Voldemort, torturando primero a mi padre. Pero los hechizos verbales de protección le prohibieron hacerlo, aún bajo el control de un imperio. Así que, sin más utilidad para los mortífagos, la asesinaron de la forma más desesperante encontrada, conmigo en una pequeña cuna en la habitación contínua. Según tía Molly, solo había podido sobrevivir a causa de mi magia, que creó un campo de protección.

La peor muerte, junto al ser quemado vivo. Esos malnacidos habían sabido hacer bien para dejar huella en toda la familia. Incluso todavía más en mí.

Jamás me permití aprender a nadar. Porque cada vez que veía el agua, el recuerdo de mi madre volvía.
Con los años, pude ingresar al agua y dejar de lado mi miedo, pero el nadar bajo esta era ridículo en mi mente. No podía, y no creía poder hacerlo jamás.

Lo siguiente que sentí, luego de lo que parecieron minutos de inconciencia, fueron voces a mi alrededor, con un tono notable de preocupación. Pero solo dos de estas eran por parte de mis amigos.

-. ¿Seguro que estará bien? Jamás ha sido sedada. No sabemos cómo le afecte...- La voz de Luna parecía más cercana a mí que las demás, y reconocí su toque en mi mano derecha.

-. Estoy seguro. Necesitaba sedarla para detener el ataque, y también anestesiar la zona para que las suturas no dolieran.- El hombre hizo una pausa.- Aunque me gustaría saber qué sucedió.

-. Estábamos en la cascada, y olvidamos que no sabe nadar muy bien.

-. Más bien, la lanzaron para que se ahogara.- El gruñido hizo que mi piel se erizara. ¿Quién demonios era ese sujeto?

-. ¡Jamás haríamos algo así, imbécil! Esta chica es mi jodida hermana. No te atrevas a ofenderme de aquella forma, maldito chucho.

-. Me agrada ese chico.

Por como Theo escupió las palabras entre dientes, supe que estaba realmente alterado con las acusaciones. Solo actuaba así cuando su autocontrol se acababa.

-. Creímos que las lecciones de Blaise le habían servido, pero creo que todavía le teme a las profundidades...

-. Y así se hacen llamar sus amigos.