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Reese Weasley


Por primera vez, podía decir que estaba feliz.
Había pasado toda la semana ayudando a los Cullen, practicando una poción que alargara los efectos del hechizo en Renesme. Así no se vería su crecimiento excesivo, y en cambio, podría lucir y vivir como una bebé al menos unos meses más.

Mientras, me mantuve disfrutando junto a la manada, Luna y Theo, quienes habían vuelto con pequeñas novedades de su viaje a Londres, donde consiguieron hablar con Harry y Ron acerca de Lestrange y su próxima captura.

Ninguno había obtenido información que pudiera revelar información acerca de los mortífagos y su conocimiento acerca de mi escondite. Inclusive, muchos habían ido a Italia a esconderse, dejando a sus cargos más bajos en Londres, sufriendo las consecuencias de ser capturados por el ministerio de magia.

Podían estar unidos por un ideal y propósito, pero siempre serían unos traidores.

-. ¿Estás seguro que no hay correo?.- pregunté a Theo por octava vez, mientras lo observaba llegar a la casa de Sam, bajo la mirada de todos.

-. ¡Por Merlín! Reese, es un correo mágico. Si hubiera correo para nosotros, lo sabríamos.- Sentenció, irritado. Yo solo asentí, haciendo una mueca.

-. ¿Por qué es tan importante?.- Frunció su ceño Sam. Jacob me indicó que me sentará junto a él, pero preferí usar sus piernas como asiento. Hoy estaba algo helado, y su temperatura era excelente para mantenerme cálida.

-. Es nuestro medio para conseguir ingredientes o información útil sobre el mundo mágico.- Explicó Luna por mí, quien estaba cocinando junto a Emily.

-. Y también mi único medio en el que consigo saber de mi familia.- Murmuré con desgana.

-. Ellos están bien, cariño.- Jake acarició mi mejilla con afecto. Varios de la manada observaban la escena con pequeñas sonrisas muy mal disimuladas. Yo ya no me preocupaba mucho por ello, no desde que me explicaron cómo Jacob nos delataba al pensar en mí cuando estaban transformados, y aquellos pensamientos se proyectaban en las mentes de todos.

-. Quizás los gemelos estén por enviar algo estos días.- Trató de animarla Luna.- Les agrada probar sus productos contigo, Reese.

Asentí, más animada. Sabía que si alguien me enviaba una carta, sin duda sería uno de los dos chicos pelirrojos.

-. ¿Ellos son los bromistas, verdad?.- Preguntó Jared.- ¿Los que tienen la tiendas de bromas?

-. Si. Son los dueños de sortilegios Weasley, y mis personas favoritas en el mundo.

-. Auch. Pobre de Jacob.- Se burló Quil, consiguiendo que todos se rieran.

Yo rápidamente besé la mejilla de Jake, mientras este fingía que su corazón le dolía.

-. ¡Cállate! Es diferente, Quil. Ellos han estado conmigo siempre, son los hermanos que nunca tuve.

-. Y se comportan como tus hermanos.- Murmuró Theo, causando una risa en los tres.

-. ¿A qué te refieres?.- Leah, quien no era muy comunicativa en las charlas, preguntó con curiosidad.

-. Bueno, son muy celosos con Reese.

-. ¡Demasiado!.- Rió Luna, desde la cocina.- Todavía recuerdo cuando te golpearon porque creyeron que salías con ella.

Solté una carcajada.

-. ¿Eso es cierto?

Asentí a la pregunta.

-. Fue absurdo. Creyeron eso porque nos vieron con un ramo de flores.

Fascinated¹ | JACOB BLACKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora