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Reese Weasley


Volví a cerrar mis ojos, queriendo alejar todos esos pensamientos de mi cabeza, imaginando flores y animalitos cada que aquello volvía a mi cabeza.

Mi familia seguía en mi casa. Habíamos acordado que se quedarían una semana para así conocer más sobre los alrededores, y así mi tío Arthur podría fascinarse aún más con las maravillas de los muggles.

Me gustaba tenerlos aquí. Se sentía acogedor el como todos reíamos entre sí, creando un ambiente cálido y hogareño, muy similar al que sentí en la madriguera antes de abandonarla.

Los amaba, realmente lo hacía. Pero solo deseaba un poco de tiempo a solas con Jake.

-. ¡No puedes hacer eso, Bill! ¡Te acusaré con Fleur!

Corrí detrás de él hasta bajar las escaleras a la primera planta, viéndolo sentarse en el comedor.

-. ¡Ella me apoyará en esto! 

-. No, no es así.- Negó la francesa, sentada junto a Hermione y Pansy en el sillón de la sala.

-. ¿Ves? Tú y Ron han perdido la cabeza. ¡Ni siquiera Fred o George se han quejado!.- Apunté a mis primos, quienes se encontraban en la cocina, arrebatados con pastel de calabaza.

-. ¿Qué tanto discuten? Estoy tratando de ver una película muggle y quejarme con Harry al respecto.- Espetó Pansy, apuntando a la pantalla que decoraba mi pared, regalo de Emmet luego de que viniera y descubriera que jamás había comprado una TV para la casa.

-. Por favor sigan discutiendo.- Suplicó el cara rajada con sus ojos de cachorro, ganándose un empujón de su novia.

-. Sucede que la pelirroja aquí presente. Tu no  Ginny.- Bill sonrió hacia su hermana menor.- Cree que está muy mayorcita.

-. ¡Tengo diecisiete, casi dieciocho! Estoy más que grande, idiota...

-. ¡Y no solo eso!.- Recalcó Ron, con su respiración entrecortada por haberlo lanzado desde el segundo piso con un hechizo.- Quiere abandonarnos e ir a pasar la noche en casa de Black.

Las tres chicas sentadas en el sofá, pronto sonrieron ampliamente, lanzándome con ellas para darles los detalles de todo.

-. ¡Esto es asombroso! Es un gran paso.- Sonrió ampliamente Granger.

-. ¿Qgué planes tienen?.- Le siguió Fleur, ignorando olímpicamente las quejas de su esposo.

-. ¿Es una cita?.- Preguntó Harry, mientras Pansy mencionaba la ropa que me prestaría.

-. ¡Harry! ¡Esto es traición!

-. Ya basta, Ronald. Tu prima tiene el derecho de ir a casa de su novio.- Molly interrumpió los quejidos de sus hijos.- Aparte, no es como si no fueran formales. Saben muy bien que están destinados.

Asentí repetidamente ante las palabras de mi tía, que mantuvieron los quejidos y caras largas de mis primos al margen.

-. ¿Quieres que prepare algo, cariño? De seguro Jake estará feliz con un poco de pastel.- Se acercó a la encimera, alejando a los gemelos de su creación a medio comer, y comenzar a envolver el resto para llevar.

-. ¡No es justo! ¡Estábamos comiendo eso!.- Lloriqueó George, antes de mirarme mal.- Es tu culpa.

-. Maduren, todos ustedes.- Me enderecé del sofá, con las chicas detrás de mí, subiendo las escaleras hasta mi cuarto, cada una hablando sobre lo que usaría.

-. Muy bien. En vista de que ustedes dos no han avanzado en su relación, lo que es sorprendente conociéndote.- Murmuró Ginny.- Escogeremos algo que solucione ese detalle.

Fascinated¹ | JACOB BLACKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora