Fascinated¹ | JACOB BLACK

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Jacob Black.

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Escuché a kilómetros todo lo que estaba ocurriendo en aquella casa. Su corazón latiendo con rapidez a causa del juego que la rubia estaba jugando con ella, como su madre observaba todo escondida detrás de un árbol, para luego salir de allí y sostenerla entre sus brazos con cariño, haciéndola reír.

Todo parecía como si fuese una familia de revista. Solo que no podía ser más lejano a aquello.

-. Sabes que podrías unirte, ¿verdad?.- Exclamó el vampiro junto a mí, con voz serena.- Bella estaría encantada. Te extraña.

Bufé en mi forma lobuna, mientras pateaba la tierra en el suelo como una negativa.

No iba a ir hacia la boca de los vampiros, cuando mi manada estaba peleando con todos sus instintos por no asesinarlos por lo que habían hecho.

-. Sabes que Sam ha aceptado a Renesme. Todos en la manada están conformes con saber que no será una amenaza, y que es solo una bebé.- Edward leyó mi mente con rapidez, como si ya estuviese acostumbrado a hacer aquello.

No lo sabes, sanguijuela. Nadie sabe lo que es realmente.

-. En eso tienes razón. Pero aunque traté de luchar contra ella, es mi hija, Jacob. Y ella ama igual o incluso más que yo a Bella, haciéndome amarla de la misma forma. No puedo darle la espalda a mi familia.

Hice una mueca, sintiendo las voces de todos escuchar la conversación a través de mis pensamientos.

Tiene razón.

Aún así la cría es una amenaza. Debemos averiguar de qué es capaz, y cómo crece tan rápido.

Cerré mis ojos, exigiéndoles que me dejaran solo, pues no deseaba escucharlos decir cosas que yo ya sabía, y que rondaban día y noche por mi mente.

Me volteé a ver a Edward, notando como este me observaba con atención, e inclusive con algo de gratitud. Supongo que nuestra relación había mejorado un poco cuando me volteé a mi alfa para proteger a Bella y a Esme. Son las únicas vampiros en esa casa que me agradan.

-. Pronto, cuando encuentres a tu impronta, comprenderás todo, Jacob. Sabrás lo difícil que es negarte a decir no a algo que la hace sonreír con tanta alegría y emoción, como Renesmee hace sonreír a Bella.

Ambos volvimos a dirigir la mirada a donde ambas estaban, sentadas en contra de un árbol, con Bella apuntando hacia nosotros, y alzando el brazo de la bebé para que moviera sus manitas y nos saludara. Apenas tenía una semana, pero ya lucía como una bebé de un año.

En aquel momento, no pude odiarla por más que lo intenté. Esa bebé no tenía la culpa de ser lo que es, y de nacer en una familia como la de los Cullen. Sabía que no sería una amenaza si era criada con ellos, pero a la vez, no podía evitar percibir el peligro que su presencia provocaría en todo el equilibrio de Forks. Porque algo estaba por suceder, y sabía que Edward y Alice lo presentían también.

Observé a chupasangre mientras leía mis pensamientos, y confirmé lo que mis instintos me habían estado diciendo.

-. Alice no ha tenido visiones todavía, pero creemos que es porque el crecimiento acelerado de Renesmee la está distrayendo.

Pues en ese caso, había que alejarla de la bebé. Solo así sabremos que es lo que se viene.

Edward asintió a mi idea, pero una mueca se formó en sus labios.

-. No es tan fácil. Jasper la ha mantenido en el bosque por dos días, cazando y transmitiéndole paz, pero algo parece estarla bloqueando.

¿Renesmee?