MAXWELL
Estaba frustrado y adolorido, mi cuerpo ardía a más no poder y sentía que en cualquier momento me desmayaría.
Mis intentos de escape resultaron ser un total fracaso y no era para menos, mis fuerzas eran casi nulas y lamentablemente no pude llegar tan lejos antes de que los sicarios de Melissa me volvieran a capturar, los golpes que le siguieron a ese hecho me dejaron aún más débil y por si fuera poco, Melissa me había negado la comida, por lo tanto sentía que me asfixiaba y siendo sincero estaba asustado, joder, estaba muy asustado.
Melissa estaba completamente desquiciada pero si algo tenía seguro era que no me iba a quedar sentado como si nada observando y esperando a ver como acababa con mí vida, claro que no, tenía que luchar, luchar por mí, por Aila y por mis hijos, luchar por mí libertad y si la única forma que tenía para lograrlo era cediendo ante Melissa, lo haría.
El ruido de la puerta siendo abierta me hizo abrir un poco los ojos, para acostumbrarme un poco a la reciente claridad tuve que volver a cerrarlos, la voz de Melissa se hizo presente y tuve que contenerme para no soltar una maldición en voz alta.
-Esperenme afuera -dijo con voz autoritaria.
Sentí los pasos de mis captores mientras salían de la habitación y cuando la puerta fue cerrada nuevamente supuse que me había quedado solo con Melissa, por lo que abrí nuevamente mis ojos, encontrándome frente con frente a la mujer que un día me provocó tanto deseo y que ahora solo me causaba asco.
-Vine a darte las buenas noches, aunque no las merezcas -sus manos recorrieron mi rostro con calma - Y también vengo a decirte que se me está agotado la paciencia y si no haces lo que yo quiero, acabo contigo
La rabia estaba presente en su voz, la verdad es que no entendía en que momento Melissa se convirtió en esto, la mujer que tenía delante de mí no era la que conocí hace años, está era cruel, despiadada y estaba completamente loca, así como también estaba seguro que sus amenazas eran ciertas.
Por eso, opté por la única cosa que podría hacerme salir con vida de ese lugar.
-Pues no hará falta Melissa, voy a darte lo que quieres -mi voz sonó rasposa debido a la falta de agua.
-¿Vas a darme lo que quiero? - la sonrisa en su rostro me causó escalofríos -¿Estás hablando en serio Maxwell?
-Totalmente, creo que ya he soportado todas tus tentaciones más de lo que un hombre puede soportar -hice una pequeña pausa -Estoy dispuesto a complacerte en todo lo que me pidas
Mi respiración era muy irregular y me estaba costando mucho hablar, sin embargo, la felicidad en la cara de Melissa me hicieron saber que se estaba tragando todo mi cuento, lo que me dió fuerzas para seguir adelante.
-¿Todo lo que te pida? - me dió una sonrisa de lado -No te creo, tú eres un hombre difícil Maxwell, ¿Por qué me estás diciendo esto ahora?
-Mírame Melissa -dije con calma - ¿Crees que si la única salida para volver a ser libre es satisfacer todos tus deseos, no lo haría?
-Bueno, hasta ahora no lo has hecho
Sus manos recorrían mi torso desnudo, lo hacía lentamente deleitándose de sentirme, encantada con la idea de tenerme sometido, dispuesto y solo para ella y esa idea solo logro enfermarme más y la sensación de rechazo se asentó en mi cuerpo.
-No lo he hecho porque trato de serle fiel a la mujer que amo, no te lo voy a negar, pero creo que ya he hecho todo lo que un hombre honesto puede hacer
-¡No te creo! -dijo mientras elevaba un poco la voz -Es una trampa, ya me ilusionaste una vez y terminaste votandome sin miramientos por culpa de la estúpida de Aila
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Pasión & Poder
Romance"Todo amor esconde un secreto" Y el de Aila y Maxwell es el más oscuro de todos.