Capítulo 27

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"Qué bueno eres, bebé" Juntando sus narices, Louis le susurra al bebé en sus brazos mientras le da el biberón "Muy muy bueno, amor" El tierno niño cierra sus ojitos complacido; cómo si le entendiese y le gustase ser halagado por su comportamiento.

Era precioso estar así, pero la leche caliente y el bebé en su pecho le comienza a dar calor. Por ello se levanta del sofá en el que estaba y abre la puerta de la terraza para que entre un poco de la brisa de mayo que tanto había extrañado.

De vuelta al sofá, mira a su sobrino que ya se ha terminado el biberón y parece quedarse dormido por momentos. Es por ello qué aparta el recipiente de sus pequeños labios y lo deja en la mesita frente a su asiento.

Todavía recuerda el caos que fue el día que el pequeño Jake llegó al mundo.

Harry, los niños y él, llegaron como locos al hospital, justo a tiempo para ver cómo John salía llorando del paritorio emocionado por el nacimiento de su primogénito. Abrazos, besos, palabras bonitas y buenos deseos nublaron esa tarde.

Fue más emocionante aun cuando justo esa mañana Harry le había demostrado y confesado todo ese amor que él quería de vuelta. Nunca lo dudó realmente, pero después de esa pelea de la que tienen prohibido hablar, Harry no ha hecho nada más que ser el hombre de sus sueños. Siempre fue así, en realidad.

Han sido tres meses maravillosos, y el verano que se acerca pinta mucho mejor.

Los niños van a terminar las clases próximamente y no puede esperar a ello. Eso significará pasar mucho más tiempo con sus hijos y volver a esos días en los que se conocieron. Pronto hará un año de aquello. Vaya, qué rápido pasa el tiempo cuando eres feliz.

Su felicidad se completa al tener el puesto que todo estudiante sueña con tener al entrar en su carrera. A sus veinticinco años, dirige la publicidad de una de las mayores compañías de joyas de lujo, dirigiendo su campo en la sede de Reino Unido.

Su jefe, Wilson, y otros directivos de la empresa en cuestión están encantados con su trabajo, alentándole a proponer ideas constantemente. Confían mucho en su criterio y lo agradece enormemente. Aunque no hay nadie que confíe más en él que Harry.

Harry, que siempre se presta para escuchar sus presentaciones cuando está demasiado nervioso antes de una gran reunión; que le ayuda a tener otros puntos de vista y le aconseje profesionalmente, pues después de todo no había una persona más preparada en todo el país que su increíble novio.

Increíble novio que se ve más increíble aún cuando entra por la puerta absolutamente sudado y respirando fuertemente ante el esfuerzo. Había salido a correr antes de ir a cenar esa noche con sus amigos, pero antes tenían que ir a casa de sus cuñados, pues ese mismo día volverían Gemma y John de su pequeña escapada de fin de semana.

Razón por la que tiene un niño en sus brazos mientras lo mece por el salón para que caiga aún más en su sueño.

"Parece que está tranquilo. Es un milagro" Louis le fulmina con la mirada mientras soba la espalda de Jake, quien se recuesta en su hombro.

"Siempre está tranquilo, al menos conmigo. Soy su tío favorito, supéralo" Harry se ríe y lejos de sentirse ofendido se acerca hasta el ojiazul y le sujeta de las caderas para darle un beso que le deja sin habla.

No sabe cómo no se ha acostumbrado aún a esa forma demandante en la que el rizado le besa, pero puede contar con los dedos de una mano cosas que lo superen. Y todas involucran al ojiverde.

"Claro que lo eres. Eres el favorito de todo el que te conoce" Le dice susurrando en su oído, dejando besos en la zona que le hacen temblar y sujetar más al niño que queda en medio de ambos. Harry se separa y le mira con una sonrisa que le cuesta descifrar. Besando la cabeza de Jake, Louis mira al mayor con una sonrisa tonta.

Little work || l.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora