"Hola, mi vida"
Es lo primero que sale de sus labios al ver a Louis en la isla de la cocina, con una pierna apoyada en su asiento y la otra colgando, mientras ve concentrado su ordenador, apuntando cosas en una libreta a su lado.
Sin embargo, su mueca seria se desvanece cuando levanta su mirada y sus ojos azules se clavan en los suyos, brillando como si no hubiese nada más importante en su mundo que él.
Aún tiene mariposas en su estómago al pensar que eso es así. Once años después, estas siguen intactas.
"Mi amor" Louis suspira y baja de la silla para apresurarse a correr hacia él en unos pantalones grises de chandal y una gran sudadera que, evidentemente, es suya.
Riendo cansado, suelta el maletín y la maleta de su viaje de negocios, y sujeta con fuerza a Louis, que ha enrollado sus piernas al torso.
"Yo también te he echado mucho de menos, amor" Sus brazos lo abrazan lo más cerca que puede y Louis besa su cuello con fuerza, demostrando la falta que le ha hecho esos cinco días.
Lo sabe, es un poco dramático, pero Louis le da una paz y tranquilidad que necesita cada segundo de su vida.
Ese viaje a Berlín había sido más duro de lo esperado. Los alemanes son bastante estrictos para aceptar que es él quién tenía la última palabra en ese acuerdo que claramente beneficiaba más a la compañía alemana que a él.
Harry no quería decirles que les estaba haciendo un favor, por lo que tuvo que beber demasiada cerveza para conseguir que diesen su brazo a torcer. Sabe qué los va a volver a ver en algún momento en los próximos años.
No le conviene llevarse demasiado mal con ellos.
"Pensaba que venías por la noche" Dice el ojizul, bajando al suelo y sujetando su rostro con la barba un poco crecida para darle un dulce beso "Podía haberte recogido"
"Quería darte una sorpresa" Sigue aceptando los pequeños besos hasta que recuerda que había tres personas más a las que se muere por ver "¿Y los niños?"
Louis se tensa un poco y eso le hace sospechar en un primer momento, pero deja que su esposo hable.
"Alex está en su habitación, creo que está haciendo un trabajo por videollamada con algún compañero del instituto" Bien, eso se lo cree "Daniel ha ido a jugar al parque con las mellizas y Liam"
El castaño guarda silencio después de eso y ahora es él quién se tensa por la falta de información. Le entrecierra los ojos a Louis y este aprieta sus labios entre divertido y culpable a partes iguales.
"¿Y mi princesa?"
"Bueno..." Louis mira por encima de su hombro, dirección al interior de la casa y Harry sabe exactamente lo que está pasando.
Con la mandíbula marcada por el enfado, se escapa de los brazos de Louis y sube aún sin quitarse la chaqueta del traje por la escalera, con su traicionero esposo siguiéndolo de cerca intentando calmarle.
"Cariño, tiene una edad, deja que..." Ni siquiera le deja terminar cuando se planta frente a la puerta de su niña y la abre de golpe sin avisar.
"¡Papá!"
La imagen es mucho menos escandalosa de lo que esperaba, pero odia ver a ese chico de pelo negro, ojos azules y un par de tatuajes absolutamente absurdos en sus brazos, tan cerca de su pequeña.
Ambos están en la cama, no tumbados juntos, pero ese estúpido sí que reposa en la cama como si fuera suya, mientras su preciosa hija está sentada en ella apoyando su espalda en la pared, con la mano del niño sujetando la suya, haciéndose pequeñas caricias.
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Little work || l.s
Fanfiction"Hola, monstruitos". Como cada mañana desde hace un mes, dos pares de pequeños brazos le rodean el cuello, llenando de risas el vestíbulo de aquella oficina en la quinta planta situada en uno de los edificios centrales de la ciudad. "Lou" El diablil...