𝐃𝐈𝐄𝐙 | Reemplazo

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—— 𝙹𝚞𝚗𝚐𝚔𝚘𝚘𝚔 ——


Llego a casa, agotado. La junta de la mañana fue un tremendo desperdicio de tiempo, algunos de mis trabajadores no quisieron apartar asuntos personales de lo laboral y terminaron revelando sus trapos sucios a los demás. A parte de ello, también estaba Songyi hostigándome con sus insinuaciones romántica; ella era realmente guapa como para perder su tiempo en alguien casado como yo. Debería de conseguirse un hombre para ella sola.

Mientras que voy caminando de la sala a la cocina, desato mi corbata gris y me la llevo conmigo. Me sirvo un vaso de agua mientras que leo la nota que me dejó Miyeon en la puerta de la refrigeradora. Al parecer se había ido de compras y a almorzar con su hermano y con Soo-ri.

Mi pregunta viene cuando me acuerdo de Raven. ¿Estará en casa?

Rápidamente le mando un mensaje a Miyeon, aprovechando que estaba en línea, para preguntarle sobre su otra hija. Ella responde casi al instante para decirme que Raven había amanecido mal del estómago y que se encontraba descansando en su habitación. También aprovechó para pedirme de favor que le preparara algo de comer y ver cómo seguía de su malestar.

Subo las escaleras hacia el segundo piso para ir a ver a la rubia. No obstante, un sonido me alarma y me detengo a unos cuantos metros de la puerta de Raven. Los sonidos seguían siendo constantes, eran como pequeños quejidos de dolor, hasta sonó un claro y fuerte gemido; pero no era como si este fuese provocado por un malestar, estos no causas tanto dolor.

Me voy acercando más a la puerta, con cautela, y tomo la perilla entre mis dedos para girarla. La puerta se va abriendo de a pocos; y juro que casi hablo cuando me encuentro a Raven abierta de piernas con una de sus manos entre ellas mientras que sus ojos los tenía cerrados.

La menor estaba totalmente desnuda, su ropa estaba doblada a un lado de ella. Lo único que había debajo de su cuerpo era una toalla blanca. Ella había salido de bañarse para luego tocarse antes de vestirse.

Vi totalmente asombrado y horrorizado cómo Raven masajeaba con una de sus manos sus senos, los cuales eran un poco grandes para el cuerpo que ella tenía, para después pasar esa misma mano por su cuello hasta provocarse una presión y gemir casi de manera ahogada. Como si le faltara el aire. Luego, mis ojos se posaron en su otra mano, dejó de masturbarse para meter dos dedos en su vagina, los movía con tanta rapidez que me cuestionaba si ella ya había perdido la virginidad para saber cómo tocarse.

—Jung... —jadeó. Su voz perdió fuerza y no pudo terminar de pronunciar la palabra—. Jung, Jung... Jungkook, fóllame. —Gimió con necesidad.

Raven todavía seguía con sus ojos cerrados, así que era imposible que me haya visto viéndola como todo un maldito pervertido que no le da espacio a su hijastra para seguir disfrutando de su sexualidad. Ella estaba pensando en mí, Raven realmente estaba pensando en follar conmigo.

Cierro de una vez por todas la puerta de su habitación y camino en círculos al frente de su puerta para pensar. No obstante, aquello era imposible, pues seguía escuchando los gemidos de la menor y cómo entre ellos seguía llamándome para que me acostara con ella.

Extrañamente, luego de unos segundos siento un fastidio entre mis pantalones. Bajo mi mirada y veo un bulto creciente entre mis piernas.

—No puede ser... —con una mano toco el grosor de mi pene—. Puta madre.

Vuelvo a bajar por las escaleras y huir directamente hacia mi auto. Cuando yacía dentro, intento calmarme y pensar en otras cosas, pensé que de ese modo la erección desaparecería y podría estar tranquilo; pero lo único en lo que pensaba ahora es en Raven metiéndose sus dedos por su sexo, simulando que aquellos es mi pene clavándose en ella.

Love me, Daddy » 𝐉𝐉𝐊 | +𝟏𝟖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora