𝐕𝐄𝐈𝐍𝐓𝐈𝐔𝐍𝐎 | Estar en casa

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—— 𝚁𝚊𝚟𝚎𝚗 ——

La despedida en el aeropuerto puedo haber sido casi emotiva si tan solo Soo-ri y mi madre no hubieran tenido prisa en irse. Solo pudieron bajarse del auto con nosotros hasta la puerta de entrada del aeropuerto internacional, se despidieron desde lejos y se fueron ni bien Jungkook y yo ingresamos al lugar. El mayor tomó mi mano con seguridad mientras que con la otra empujaba su valija de viaje. Fuimos a registrarnos y a dejar nuestras maletas antes de pasar por todos los controles de seguridad típicos de un aeropuerto.

Fuimos a nuestra puerta de embarque y esperamos pacientes a que nuestro avión llegara. Siendo sincera, creo que Jungkook exageró mucho con la excusa de que íbamos a llegar tarde si no salíamos temprano de casa. Aún quedaba como una hora y media para que salga nuestro vuelo y yo tengo mucho sueño.

Bostezo una vez más antes de echar mi cabeza hacia atrás. Jungkook parece ver mi estado y pone una de sus manos atrás de mi nuca para dejar mi cabeza en su hombro.

—¿Tienes sueño, bebé? —Asiento con los ojos cerrados.

—Despertaste a todos a las cuatro de la mañana —reniego abultando los labios—. Quiero dormir.

—Tendrás como trece horas en el avión para dormir todo lo que tú quieras —responde con cariño mientras va moviendo su hombro. Me reincorporo y lo miro con una cara de pocos amigos—. No pongas esa cara...

—Así me pongo cuando no me dejan dormir —digo sonando retadora.

Jungkook se echa a reír de manera silenciosa y pasar uno de sus brazos por mi hombro. Me acerca a su pecho mientras me abraza. Su otra mano se posiciona en mi cabello dorado y comienzo a sentir sus caricias lentas y delicadas. También puedo sentir que va besando mi coronilla a la misma vez que intenta arrullarme.

Finalmente puedo conciliar el sueño robado por unas horas hasta que Jungkook me levanta otra vez para subir al avión. Los de primera clase entramos antes que el resto de pasajeros, la aeromoza nos da la bienvenida junto a un aeromozo de piel más blanca que la mía, cabello entre rubio y castaño y ojos verdes como los míos. Le calculaba aproximadamente unos veintitrés años más o menos, su cara parecía la de un adolescente aún. Ambos nos miramos por un par de segundos antes de seguir ingresando al avión de la mano de Jungkook.

Nuestros asientos estaban en medio de todo el espacio con el lujo de tener una ventana. El mayor me cedió el asiento a la ventana mientras que él se sentaba en el asiento del medio.

Las trece horas de vuelo comenzaron una vez que todos los pasajeros ingresaron y luego de que los aeromozos dieran las típicas indicaciones de vuelo.

Me acurruqué una vez más en el cuello de Jungkook para dormir a gusto. Por otro lado, él se dedicó a trabajar un poco en su computadora intentando no moverse mucho solo por mí.

***

Cuando en mi celular marcaban la una de la tarde con veintiocho minutos me di cuenta que había estado dormida por casi siete horas. Jungkook ya no estaba trabajando en su laptop, de hecho ahora él era el dormido. Quise levantarme de mi asiento para ir al baño y arreglarme un poco porque estoy casi segura de que parezco un zombie recién levantado de su tumba; sin embargo, no sabía cómo pararme sin tener que despertar a Jungkook. Empecé a ver la forma de salir hasta que poco a poco lo fui intentando. Finalmente lo logré y caminé hasta la delantera del avión para meterme en uno de los baños.

En los asientos de los aeromozos estaba el chico que nos dio la bienvenida. Él me sonrió de manera gentil.

—El baño está ocupado, si es que lo quieres usar —me dice en inglés cuando ve que estoy a nada de agarrar la puerta—. Ha entrado hace unos minutos un hombre.

Love me, Daddy » 𝐉𝐉𝐊 | +𝟏𝟖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora