Love me, Daddy » 𝐉𝐉𝐊 | +𝟏𝟖

𝐓𝐑𝐄𝐈𝐍𝐓𝐀 𝐘 𝐔𝐍𝐎 | Son deberes

—— 𝚁𝚊𝚟𝚎𝚗 ——

Renato ❣️

Que hiciste qué? :0
9:25 a.m.

No sé si fue lo correcto :c
9:26 a.m.

Yo no puedo juzgar tus actos, Raven.
Solo tú sabes lo que haces y si lo
consideras correcto ❤️
9:26 a.m.

Me imagino que te trató bien luego de
hacerlo, no?
9:26 a.m.

La verdad es que no hubo cuidados
especiales luego de eso, solo nos
acostamos para dormir
9:27 a.m.

😂😂😂 LOL
9:27 a.m.

Raven
9:27 a.m.

Quisiera llamarte... Podemos?
9:27 a.m.

Y por qué? No me estoy negando, solo
quiero saber :3
9:28 a.m.

Porque 1) estoy en el hotel del
aeropuerto, y 2) porque extraño tu
voz
9:28 a.m.

Está bien. Llámame
9:28 a.m.

Renato dejó de escribirme e inmediatamente recibí su llamada. Sonrío cuando miro su nombre y contesto:

—¿Hola? —le digo adormilada aún.

—Raven... —es posible que no lo esté mirando, pero la forma tan cálida en como dijo mi nombre me puedo imaginar que está sonriendo ahora mismo—. Hola.

—¿Y de qué hablamos?

—Cuéntame lo que sea —me dice—. Lo único que quiero es escucharte... Adoro tu voz y hace días me fui olvidando de cómo sonaba.

—¿Sabías que eres todo un romántico? —lo reniego por teléfono. Renato se ríe en la otra línea y eso me provoca la risa también—. Pero ahora que lo dices, yo también me estaba olvidando de tu voz.

—No sabes las ganas que tengo de verte.

Renato y yo somos amigos, o eso es lo que queremos aparentar; porque la verdad es que ni yo sé lo que tenemos. Nos queremos de una forma especial y nos hablamos con estos anhelos de querer vernos pronto como si fuésemos una pareja que está a la distancia.

A veces también hacemos videollamadas y es ahí cuando sale a flote ese lado enamoradizo de Renato y por mi parte sale una linda Raven a la cual se le rompe el corazón por ese chico que conoció en un avión.

—Siempre me lo dices —respondo con voz baja—. Quisiera volver a Londres. Ahí era más que feliz que ahora.

—Pienso lo mismo.

Renato me hace reír una vez más antes de continuar charlando con normalidad sobre algunas cosas como el tema de mi abuela biológica, quien se ha contactado conmigo últimamente para preguntarme cómo estoy y si necesitaba algo. Después, tocamos el tema de mi familia y Renato no perdió el tiempo para repetirme una vez más aquellas palabras que me dijo cuando todo comenzó, solo que esta vez fue por una llamada y para mí fue más significativo.

No nos quedamos conversando más de media hora, así que cuando él ya tenía que irse, se disculpó conmigo y cortamos la llamada.

—Rav —entra Yeonjun a su cuarto—, tu papá está aquí para llevarte a desayunar con tu mamá. Te están esperando afuera.