𝐓𝐑𝐄𝐈𝐍𝐓𝐀 𝐘 𝐒𝐄𝐈𝐒 | Divorcio

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—— 𝙹𝚞𝚗𝚐𝚔𝚘𝚘𝚔 ——

Solo quedaba un mes para que acabara el año y desde mi discusión con Raven ella no me habla. Miyeon se ha dado cuenta de ello y últimamente también he discutido con ella por las cosas que están pasando entre Raven y yo.

El cansancio es tanto para mí que solo me enfoco en llegar pronto a casa para esperar la llegada de la rubia de su escuela —porque ya no soy quien va a recogerla, sino Seokjin—. Cuando ella llega, mi corazón late más rápido; pero así como late rápido, deja de hacerlo cuando Raven ni siquiera me saluda y solamente se sube a su habitación.

Las noches han sido las peores. Insomnio tras insomnio. Jamás en mi vida había sufrido de eso y me preocupaba mucho que fuese algo tan duradero. Soo-ri dice que es debido al estrés del trabajo, pero el trabajo nunca me ha provocado un insomnio como este antes, incluso con todo el estrés del mundo.

Otra cosa que ha aparecido son los malestares en el cuerpo, la fatiga y la flojera. También un sentimiento profundo de tristeza. Es como si estuviera muerto por dentro y los malestares están empezando a manifestarse.

Hubo una vez en la que me desmayé cuando bajaba las escaleras para recibir a Raven de su último día de escuela. Me descompensé en el último escalón y caí al suelo, Seokjin y Raven me llevaron a una clínica para que me atendieran. Mi diagnóstico fue que estaba bajo de azúcar y con elevadas pulsaciones cardíacas debido al estrés.

En resumen, en estos dos meses y medio que han transcurrido, mi salud mental como física han ido en picada por el estrés.

—¿Cómo estás? —Me dice Raven esta mañana que he decidido nadar un poco.

—Hola, estoy bien. Gracias por preguntar.

Paso de Raven y tomo una toalla para comenzar a secarme. La rubia se acerca temerosa a mí y observar con curiosidad casa movimiento que hago.

—¿Ya no te sientes estresado? ¿Cómo vas con eso?

—Mi estrés no desaparecerá sino hago lo que he aplazado por días —respondo un poco agitado—. Ha llegado el día, Raven: le pediré el divorcio a tu mamá y me iré de esta casa.

—¿En serio? —Aunque no esté viendo directamente a Raven, sé que ese entusiasmo con el que habló también está en su cara—. ¿Se lo dirás hoy?

—No lo sé, pero ya lo tengo decidido —contesto.

—Gracias... En serio, yo...

—Raven, esto no lo hago por ti —la interrumpo. Esta vez sí veo su rostro y la menor va deformando aquella sonrisa de antes—. Ya me di cuenta que no me hace bien estar aquí en esta familia. Ya nada es como antes.

—Creí que estabas divorciándote para estar juntos. —Replica un poco molesta.

Mis comisuras forman una pequeña sonrisa a la misma vez que me acerco a Raven. Una de mis manos acaricia su mejilla lentamente y el pesar se instala en mi corazón.

—Aunque me gustes y te ame como loco, esta decisión va más por mi bienestar —le confieso. Raven abulta sus labios antes de bajar su mirada—. Hey, está bien. Primero quisiera sanarme yo antes de estar contigo. No quiero arrastrarte a una perdición que te hará mal también.

Raven logra entender mi punto de vista y, desde de tanto tiempo, me vuelve a besar. Se colocó de puntillas para alcanzarme y darme un casto beso antes de dejarme ir a mi habitación para darme una ducha.

Dentro de una hora tendría una cita con un abogado que Songyi me consiguió. Mi secretaria estaba también curiosa por lo que haría con ese abogado, incluso está semana me insistió con el tema de que tenía que contárselo para saber qué tipo de abogado tenía que conseguirme. Claramente no se lo dije.

Love me, Daddy » 𝐉𝐉𝐊 | +𝟏𝟖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora