Kiara James se define a sí misma como una persona feliz. A pesar de todo, continúa sonriendo a la vida luego de la muerte de su padre. Para nadie es un secreto que le tocó seguir adelante junto a su madre y hermano. Lo logro, encontró al amor de su...
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Damián Kellermman
—Mamá, por favor necesito una explicación, de verdad —suspiro colocando las manos en mis caderas.
—Lo sé, sé que lo mereces —ella toma aire antes de comenzar—. Sabes que regularmente visitaba la iglesia ¿cierto? —lo recuerdas—Bueno, antes era más apegada a la religión de lo que piensas por... mi familia ellos son un tanto... peculiar. Estábamos tan apegados a la religión que constantemente visitábamos los encuentros en la comunidad en la que vivíamos, en eso momento sí que lo disfrutaba, pero hasta cierto punto. Porque luego tus abuelos querían que yo me casara.
»Era para ese entonces era prácticamente una niña, tenía el cliché pensamiento de que si algún día me casaba seria por amor, realmente no me molestaba que si era alguien de la iglesia, con tal de que tuviéramos una linda y bonita experiencia como lo es enamorarse —entonces su gesto se descompone—. Mis padres me ofrecieron en matrimonio a un chico que no conocía de nada, poco después me entere de que era por una cuestión de unión de lazos, en lo que yo no estaba de acuerdo.
»Tengo un hermano mayor —parpadeo por la sorpresa de lo que ha dicho—. Se llama Dorian y él tampoco estaba de acuerdo con lo que nuestros padres pretendían hacer conmigo. Así que me ayudo a escapar. Habíamos hecho un plan para vaciar mi cuenta sin que papá se diera cuenta, porque si huía, lo más seguro era que bloqueara mi tarjeta y así se me haría complicado escapar. Se supone que me iba de compras. Pero en la bolsas metía ropas de viaje que ya ni usaba para despistar a mi padre y creyera que no sucedía nada malo.
»Llegó el día en que escaparía y tu tío Dorian entro a mi habitación, dejo un fajo de billetes en mi cómoda, y luego salió de mi habitación sin decir pronunciar ni una palabra.
—¿Y eso qué tiene que ver?
—Tiene demasiado que ver —suspira y se abraza a si misma al tiempo que desvía la mirada. Joder sí que esta tan nerviosa que debe ser un tema complicado para ella hablar de su familia. Esa que nunca he conocido—.Estando escondida me reencontré con tu padre...
—Él no es mi padre —gruño de inmediato.
Se detiene unos segundos tras escucharme y luego continua.
—Conocí a Guillermo porque paso unas vacaciones en Alemania, sonara súper tonto y cursi pero me gusto desde el primer momento en el que lo vi, y creo que yo a él también.
» Sin embargo, cuando me di cuenta de mis sentimientos, él ya estaba regresando aquí, a España. Al vernos nuevamente le conté un poco de mi situación y me propuso hacer una vida juntos en Londres; dijo que nadie nos encontraría ahí y sin meditar absolutamente nada, yo acepté. El resto ya lo sabes.
