Capítulo 3

283 23 25
                                    

"No me busques"

"No me busques"

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Kiara James


No me siento nada bien.

Estoy confundida y al mismo tiempo bastante enojada.

Tengo plena consciencia de que no puedo solo dejar que el tema de Damián me afecte a tal magnitud, pero no sin importar cuánto lo intente no para de rondarme en la cabeza. Sé que suena patético dicho de esta forma, pero no es fácil. Él y yo pasamos años juntos, nos conocemos hasta la forma de caminar, como queremos el café, cuál es nuestra marca de galletas favoritas, no es algo que superes de un día para otro. En mi fuero interno me pregunto si ha despertado ya, si desayunó, si realizó su rutina de ejercicios y, si lo hizo, me enoja no poder estar allí para espiarlo como siempre.

Nosotros teníamos una rutina todas las mañanas, como resultado ambos estamos en buena condición física, pero yo tuve que dejarlo de lado cuando se presentaron malestares, náuseas y mareos instantáneos.

Por ello es que mi rutina había pasado de hacer abdominales y cosas por el estilo, a ver como Damián las hacía solo. Placer visual, por supuesto.

Mi esposo está buenísimo, negarlo no tiene sentido y creo que por eso me vi en la obligación de tomar distancia, es demasiada tentación para una simple mundana como yo.

Sonrío al recordar que una vez, solo por hacerlo sufrir un poco, me senté en su espalda mientras hacía flexiones.

Basta manifestar que no funcionó, él continuó haciendo sus ejercicios como si yo no estuviese comiendo chocolates encima de su cuerpo, luego, me engañó en un momento dado cuando se dejó caer de golpe, estaba atemorizada de haber contribuido a su muerte e incluso me puse a pensar en diversas formas de esconder el cadáver, hasta que me tomó de la cintura haciendo que quedáramos en una posición bastante sugerente.

Buenos recuerdos, claro que sí.

Inocentes recuerdos.

Muerdo mi labio inferior cuando en mis pupilas aparece la imagen del rostro de Damián tan cerca del mío que nuestros labios estaban en un roce interesante y caliente. Aunque me da un poco de pena admitirlo, amaba cuando él se ponía en ese plan, era bastante juguetón y le gustaba provocarme hasta que casi perdía la cabeza, ¿se supone que eso debía frustrarme? No importa, ¡me encantaba!

Bueno, me encanta.

Damián había decidido que ese día sería bastante insinuante, tuvo la iniciativa de lamer la comisura de mi labio superior alegando que había chocolate allí, cosa que estaba en duda y al mismo tiempo no. Después de eso se dedicó a besarme de formas que de solo imaginarlas escalofríos recorren mi espina dorsal, también se las ingenió para estar entre mis piernas y como yo solo llevaba una de sus camisas porque me había duchado y no quise ponerme demasiada ropa ya que me daba flojera...

Solamente TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora