Capítulo 30 Parte 2

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"Pudo ser peor"

Damián Kellermman

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Damián Kellermman

-Así que ese era el secreto que tenía con Demian -le confieso.

-Con que era eso -da una sentimiento de cabeza-. Debo admitir que trate de sacarle la información, pero nada sirvió. Me dijo que no traicionaría jamás la confianza de su hermano mayor. Y que lo sentía por mi, pero que el secreto era entre casi tocayos -recuerda negando con la cabeza-. Me va a sacar canas verdes ese niño.

Ambos volvemos a reír, y cuando trato de preguntarle algo somos interrumpidos por Guillermo que se posiciona justo en frente de nosotros.

-Entonces...

Guillermo se balancea en sus pies.

-Bien, yo iré al baño -dudo antes de besar la parte superior de la cabeza de mi madre, pero finalmente lo termino haciendo.

Me alejo de ellos, pero soy capaz de escuchar a mi madre decirle a Guillermo.

-Acabemos con esto de una vez, así que hablemos.

Camino en dirección al baño para vaciar mi vejiga y echarme algo de agua en la cara. Necesito refrescarme un poco.

No tardo mucho en localizarlo. Entro y busco un cubículo. me dispongo a orinar para después salir y lavarme las manos. Dejo de el agua caiga en mis palmas para pasarlas luego por mi cara. Inmediatamente siento mi cara más fresca. Levanto la vista y me observo a través del espejo del baño

Repito la acción dos veces más, y luego tomo un poco de papel y lo uso para secarme el rostro. Me observo en el espejo y repaso mi cara.

De verdad que soy bastante parecido a Guillermo, no hay duda de que su ADN circula por mi sangre, solo hay pequeñas diferencias, casi imperceptibles. Lo único que me hace distinto a el, son los ojos grises heredados de mi madre, de resto soy su imagen.

Observo más haya, más internamente, mis ojeras son muy notables, dan índice del canción que llevo, estoy agotado, ahogado de todo, de la situación con Kiara, el estrés de lo que representa Mónica, ahora Guillermo queriendo forzar ser parte de mi vida, y agregarle toda la situación con mi madre.

Necesito unas jodidas vacaciones, necesito descansar, alejar las preocupaciones, desconectarme por unos segundos. Sentir que todo está bien. Pero ahora no puedo, debo seguir, debo continuar si quiero recuperar a mi esposa y a mis retoños.

Observando mi reflejo con la manos apoyadas en lavamanos, suelto un suspiro, me enderezo y arreglo el traje que llevo para después salir del baño.

Solo soy capaz de dar unos cuantos pasos fuera del baño cuando alguien un poco más bajo de estatura que yo me intercepta en la salida. Bajo la mira y entonces lo observo.

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