"Qué hay detrás"
Kiara James
Estoy tumbada en la cama del hotel, es domingo y por suerte no me tocó turno. Llevo ya casi dos semanas en el hospital, he estado en diferentes áreas y considero que es momento de decidir en cuál me quedaré fijamente. Toda la tarde estuve acomodando las cosas dentro de mi maleta para mudarme a la que podrá ser mi nueva casa durante muchísimo tiempo. Rodrigo me ayudó a conseguir un lugar bastante amplio y acogedor, Kyle ya se ha enterado y tal parece le agradó lo suficiente. Tan solo nos queda firmar la compra y la entrega de las llaves, pero quiero tenerlo todo listo ahora.
Mi vida comienza a tomar un mejor rumbo, uno un poco más "fijo" si así se le puede llamar. Acepto que mis noches en vela son muy escasas por ahora, sin embargo, el embarazado está haciendo de las suyas alborotando mis hormonas y de vez en cuando los recuerdos que he tenido almacenados durante años y días. Damián es recordado en muchas de esas ocasiones, pero trato de reprimirlo porque estoy cansada de llorar todo el tiempo y sé que eso le hace daño a mi bebé.
Esta mañana, por el contrario, me siento bien. De alguna manera me encuentro feliz por el hecho de saber el sexo de mi hijo. Mañana será la cita con Jane, mis días de trabajo de consulta externas las pasé con ella, no fue para nada incómodo si no al revés, nos conocimos un poco más y puedo decir que se ha estado formando una especie de amistad entre ambas.
Y aquí viene otra consecuencia del embarazo: el sueño.
La mayoría de las veces estoy durmiéndome en el trabajo, pero he conseguido contenerme trabajando mucho mi mente, eso logra tenerme distraída en otras cosas para que el fantasma del sueño no se apodere de mi pequeño cuerpo.
***
¡Voy de camino al hospital!
Me gustaría decir que se debe a la emoción de trabajar en mi campo, pero no. En lugar de eso, es porque esta mañana tengo cita con Jane para saber el sexo del bebé, las ansias me ganaron y toda esa pesadez que sentí el día de ayer se esfumó por completo cuando amaneció.
Entro al hospital dirigiéndome al casillero para dejar mis cosas, luego camino hasta el consultorio de Jane casi que dando saltitos eufóricos. Al llegar toco dos veces, aguardo unos segundos y escucho un "adelante" al otro lado.
Jane tiene su celular en la mano y sonríe bobamente con una taza de café humeante en su escritorio. Hay cierto brillo en sus ojos que me hace sentir curiosidad acerca de con quien habla, pero decido no ser tan metiche este día.
—¡Buenos días, Jane!
La taza tiembla un poco en su mano, pero consigue que nada se derrame.
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Solamente Tú
RomanceKiara James se define a sí misma como una persona feliz. A pesar de todo, continúa sonriendo a la vida luego de la muerte de su padre. Para nadie es un secreto que le tocó seguir adelante junto a su madre y hermano. Lo logro, encontró al amor de su...