"¿Coincidencia o Casualidad?"
Kiara James
En el hotel se hospeda una señora de al menos unos cuarenta años que sabe perfectamente lo que significa la palabra <<conservarse>>. Siempre que la veo ella trae consigo ropa de marca; los mejores vestidos, los mejores abrigos, el maquillaje impecable y el cabello oscuro increíblemente brilloso y sedoso.
Ella es como esas mujeres que ves por las calles y solo un pensamiento se instala en tu cabeza.
Quiero ser así.
¿Y por qué lo cuento?
Porque ella parece ser una de las pequeñas cosas más relevantes dentro de estas paredes en las que he coexistido durante dos semanas. No he salido lo suficiente de aquí, lo sé. Pero es que no conozco nada y tampoco tengo demasiados ánimos de moverme. Creo incluso que cualquier persona que me vea me confundirá con una perezosa.
Son esos mis pensamientos mientras continúo jugando en mi móvil. Tal vez la raíz de ellos procede gracias a que no he picado bien los vegetales que hay en mi pantalla, admito que jugaba mejor Cookie Mama cuando se trataba del DS. A pesar de que siempre estaba peleándome con Kyle por ello.
Voy a salir.
Sí, eso haré. Y si tengo un poco de suerte puede que consiga distraerme lo suficiente para no hundirme en el martirio, ya he avanzado bastante desde la última vez y definitivamente no es mi lugar perfecto para habitar.
Me coloco un pantalón de algodón con una sudadera rosa que me luce bastante bien y mis Vans de rosas para salir. Esta vez no llevo un bolso cruzado por lo que todas mis pertenencias se encuentran en mi bolsillo izquierdo.
Esta vez voy un poco más lejos y me lo permito gracias a que hay dinero suficiente en mis pantalones para poder costear el taxi que volverá a llevarme al hotel. Camino al tiempo que observo, tomo un par de fotografías y me maravillo ante lo hermosa que es cada cosa con la que me cruzo.
Sin embargo, llego tan lejos que, como si el destino quisiese darme mil bofetadas, me detengo hasta pisar ese muy nombrado puente en donde deben colgar más de ochocientos candados.
Pasarela Léopold Sédar Senghor creo que se llama.
Desde que tengo uso de razón me he considerado un persona en exceso amorosa y creyente de cada superstición que englobe cualquier acción que requiera de afecto; esta no es la excepción. Recuerdo que una vez Damián me contó que si ponías un candado y tirabas la llave el amor sería eterno.
Y me lo dijo justo aquí, en donde estoy parada.
Chupo y muerdo mi labio inferior tratando de contener las ganas que tengo de sollozar, pero creo que, independientemente de lo que haga, voy a terminar llorando peor que la vez anterior.
ESTÁS LEYENDO
Solamente Tú
RomanceKiara James se define a sí misma como una persona feliz. A pesar de todo, continúa sonriendo a la vida luego de la muerte de su padre. Para nadie es un secreto que le tocó seguir adelante junto a su madre y hermano. Lo logro, encontró al amor de su...