Capítulo 26

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"Confort"

—¿Cómo te sientes? —se ánimo a preguntar Kiara luego de varios minutos en lo que solo se escuchaba la respiración de ambos

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—¿Cómo te sientes? —se ánimo a preguntar Kiara luego de varios minutos en lo que solo se escuchaba la respiración de ambos.

—Realmente, mis emociones son un revoltijo, no sabría con exactitud que predomina más —se sincero Damián—. Lo que más me afecto fue que después de tanto tiempo tuviera las agallas de decir que yo era su Damián, su hijo, y tubo la osadía de abrazarme, cuando para mí es un completo desconocido.

Sí, Damián estaba dejándose llevar por la rabia del reciente recuerdo que surcaba su mente. Pensar en el contacto de Guillermo de alguna manera lo hacía sentir incómodo.

—Es comprensible, nunca estuvo en tu vida y que de repente llegué de esta manera es un tanto sorpresivo e incómodo —dijo la castaña. Se había ido nuevamente al segundo piso de la casa hasta su habitación. Los invitados seguían abajo hablando entre ellos y bebiendo. Su presencia no era tan requerida en ese momento. Esto era más importante para ella.

No sabía con exactitud lo que estaba haciendo. No, si lo sabía, lo sabía porque era una promesa de hace tiempo. Una promesa que a pesar de las circunstancias Kiara se propuso cumplir y era lo que estaba haciendo.

Kiara no sabía con precisión el día exacto en que la promesa fue realizada. Pero en su mente estaba grabada el momento en que Damián con algunas lágrimas rodando en su rostro. Le había contado la historia de su vida. Y el como siempre fue él junto a Melissa. Esa día en la que ambos disfrutaban de una cálida tarde y en la que los sentimientos del ojos grises estuvieron expuesto, Kiara sintió que ese momento marcaría un antes y un después en su relación.



«—Quiero que seas la primera persona en saber si mi padre decide aparecer, serás a la primera que se lo diré —había dicho después de un largo rato de silencio.

»Eres importante en mi vida, y siempre lo serás, no importa lo que pase, si estamos juntos o si nos separamos con el tiempo. Quiero que seas la primera en saberlo. Tienes una gran parte de mi, mucho más ahora que prácticamente me quede solo en el mundo, y lo único que tengo eres tú, tu familia y el señor Robert.

Damián había tomado sus manos y la observó a los ojos. Muchas emociones pasan por ellos. Kiara lo admiraba perdida en los ojos grises del Damián.

Saber que sería la primera en algo tan importante para él de alguna forma la llenaba, la hacía sentir especial. Y le gustaba mucho esa sensación. No le gustaba pensar en la idea de una separación. Quería que su relación llegará hasta envejecer juntos, y esperaba que eso pasará.

—Yo creí que esto sería fácil, en verdad imaginé muchos escenarios donde me lo encontraba. Mi reacción, al menos lo que llegue a pensar, no era tan abrumante como lo es ahora. No sé si es por la manera en la que él reacciono. O fue más recordar mi vida de niño lo que detonó esta sensación un poco asfixiante en mi pecho.

»Y de alguna manera estoy bien, estoy en calma. Es como si pudiera soltar todo aquello que he callado durante casi toda mi vida. Se siente tan liberador y a la vez muy estresante, porque es un cliente al que debo ver muchas veces en los próximos meses. Y sé que intentara acercarse a mi.

»No me arrepiento de todo lo que dije hace unos minutos, no lo hago porque era lo que internamente sabía que necesitaba para poder terminar de desprenderme de esa parte de mi vida. Tampoco me importa si fui muy duro o cruel. Simplemente él no es mi papá. No lo es porque nunca estuvo en mi vida, es sola una persona con la que, por desgracia, comparto lazo sanguíneo, pero hasta ahí, porque ni siquiera poseo su apellido. Y justo ahora lo agradezco mucho porque nunca me hizo falta y eso no va a cambiar».

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