Kiara James se define a sí misma como una persona feliz. A pesar de todo, continúa sonriendo a la vida luego de la muerte de su padre. Para nadie es un secreto que le tocó seguir adelante junto a su madre y hermano. Lo logro, encontró al amor de su...
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Damián Kellermman
La tristeza ya no es tan recurrente.
Claro, eso no significa que en ocasiones no me golpee el mazo del dolor y el llanto. Sobre todo si tomamos en cuenta que por cosas de Kyle me enteré de que Kiara tendría una cita con el ginecólogo para conocer el sexo de nuestro bebé.
Aun así, con mi sensación de vacío en el alma, me dije que no podría permitir que nadie se enterase de lo mal que me sentía.
Con Kyle las cosas había mejorado considerablemente. Pudimos tener una conversación en mi oficina en donde dejamos claro cómo nos sentíamos los dos y cuál parecía ser la situación, necesitábamos—yo más que nadie—buscarle una buena solución a esto. Quiero pensar que tengo las esperanzas suficientes para poder hacer las cosas bien en esta ocasión.
Daniela también resultó ser una buena amiga que me ha ayudado hasta donde puede. Le he mencionado algunas cosas, pero no las que tienen que ver con Mónica o Kiara, no he ahondado en el tema porque no siento estar listo para decirlo en voz alta, más cuando sé que le mentí a la chica. Escuché que está saliendo con alguien que conoció en una página de internet y que está teniendo diversos problemas, ignoro de qué tipo, pero lo averiguaré tarde o temprano.
Mónica no ha vuelto a aparecer desde hace más de dos semanas, oí a mi personal diciendo que estaba atendiendo unos negocios fuera de la ciudad y, aunque eso fue un alivio puesto que no tendría que mirarle la cara o hablarle, también sé que podría significar peligro. Siento que en cualquier instante reaparecerá con sus amenazas y ese tono mordaz que tiene para todo. Ella es la personificación de la manipulación y la inteligencia. Me cuesta admitirlo, pero es así.
Me he preparado mentalmente, la situación me está agotando. No sé hasta dónde pueda llegar antes de cometer una locura.
Divagar acerca de mi hijo se ha vuelto parte de mi rutina. Me gustaría poder estar con Kiara en este momento, poder acariciar su estómago y saciar sus antojos de media noche. Me gustaría poder besarla, jugar con ella, hacerla sonreír. Amaría poder estar durante todo el trayecto de su embarazo, me gustaría poder plantar besos en su vientre, y me encantaría poder hablar con el bebé como todo un padre ansioso.
Es difícil en estas circunstancias, sin embargo, sé que podré hacerlo. No me rendiré, no sin dar una batalla digna, estoy decidido a recuperar a mi familia; mi única familia.
La casa ha estado sola, y Tom chilla cada vez que voy al trabajo. No me gusta la idea de dejarlo solo durante tanto tiempo, sigue siendo un cachorro.
Ahora estoy sentado en mi oficina terminando unos pendientes de ayer, por suerte esta vez no ha sido un trabajo demasiado pesado como en las ocasiones anteriores y gracias al cielo pudimos cerrar el trato con los hermanos O' Connor. Fuera de eso, hace unas cuantas horas se me pasó por la cabeza algo bastante cruel, pero me gusta la idea de asustar a los demás cuando son pequeñas bromas.
