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Chanyeol me había prometido que saldríamos antes de finalizada la siguiente semana. Por lo que supe, Jongin estaba tras el fiscal amigo de Seunghyun. Aunque no me dijo qué haría exactamente, no era necesario. Amenazarlo bien podría no ser suficiente, considerando que Seunghyun debió pagarle muy bien como para refundirnos en la cárcel. Torturarlo... era solo el preludio de su siguiente plan. Y una vez así fuera, un nuevo fiscal nos ayudaría a salir con todas las pruebas que yo aún tenía en mi poder.

Mi abogado había venido a verme en la mañana, indicándome que mi proceso tenía varias fallas de parte de la fiscalía y que probablemente saldría con una reparación a mi nombre. El proceso, no obstante, sería largo y tedioso. El conflicto no solo era ese, sino que Seunghyun no era un hombre paciente. Esa mañana llegó una carta de él.

Una amenaza disfrazada con unas pocas palabras dulces que me recordaron lo vivido con él durante el matrimonio.


«Escogiste erróneamente tu lado de la valla. Pudiste seguir conmigo y estarías a salvo, pero pensaste que Chanyeol era una mejor opción que yo. Así que solo me queda demostrarte lo contrario. Con él solo vas a ponerte en peligro. No lo conoces.

No que me importe mucho lo que te ocurra, en realidad. Lo que me preocupe es que tienes algo que es mío. El celular en tus manos, como ya has de suponer, tiene información delicada. Estoy seguro que robarlo fue idea de Chanyeol, pero te arrepentirás.

Te doy veinte y cuatro horas para devolverlo. Pide hablar conmigo y te sacaré de ahí. Si no lo haces, la noticia de tu muerte será la siguiente que saldrá de esa cárcel.

No rechaces mi generosidad,

Tu adorado esposo,

Seunghyun.»


No se la había mostrado a Chanyeol porque hasta donde sabía estaba ocupado. Algo sobre ingreso de armas a la cárcel. Francamente no quise inmiscuirme mucho en esos temas turbios. Y no sabía que hacer. Obviamente no iba a darle el celular a Seunghyun, en primera no lo tenía conmigo en la cárcel, sería demasiado peligroso, y tampoco lo tenía Taemin. Lo había ocultado en el departamento de Chanyeol, en un escondido detrás de su ropero, en la caja fuerte. En cuanto fuera seguro, yo le entregaría ese celular al fiscal.

Temía que Seunghyun se impacientara de mi respuesta y enviara un ultimátum, algo para presionarme a entregarle esas pruebas.

Aunque seguía bajo protección de Chanyeol, la sombra de Seunghyun planeaba sobre mi cabeza a la espera de atraparme. Me causaba escalofríos.

En el patio de la prisión, me senté en uno de los rincones donde el sol me daba en su justa medida. Me echaría una siesta si no tuviera miedo de algún atentado.

—Así que Chanyeol no te llevó con él.

Había empezado a odiar esa voz chillona y fingidamente meliflua. Luhan era ese muchacho, la 'puta' anterior de Chanyeol. El hombrecito había resultado ser un dolor de cabeza. Yo sabía que él no había superado a Chanyeol y continuaba a la espera de regresar a su cama, pero en ese entretiempo él se acercaba a mí, no sé con qué fin.

—Hola —saludé con hondo cansancio.

—¿Sabes? A mí solía llevarme —ronroneó. Yo sentí una arcada por ese sonido—, me cogía contra una de las paredes.

Enarqué mi ceja izquierda y lo miré con disgusto.

—Eso no es algo que deberías presumir. Es algo... barato.

SIN SALIDA (Chanbaek)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora