8

1.6K 189 46
                                    


Estaba desesperado, simplemente abrumado por el hecho de que era incapaz de conseguir una simple prueba, solo aquellos papeles que eran apenas el inicio del iceberg. Chanyeol me había contado lo que sabía sobre la mafia a la que pertenecía Seunghyun, o la que él lideraba. Como fuera, era peligroso y recién me daba cuenta la clase de persona con la que me casé.

Me di cuenta además que había sido una decisión por completa impulsiva y de la cual estaba empezando a arrepentirme. Quizás, en lugar de buscar una salida rápida a mi vida, debí fijarme más a mi alrededor. No digo que Chanyeol me hubiese escogido entonces como su marido, pero probablemente me hubiese hecho experimentar y descubrir cosas que no sabía me gustarían. Entonces mis estándares sobre las relaciones hubiesen cambiado y no hubiese sido Seunghyun mi opción para el matrimonio.

Ahora mismo me encontraba quejándome con Taemin sobre mi tragedia. Él me escuchaba atentamente mientras tomaba sorbos de ese feo café con matcha que tanto adoraba. Era mi terapeuta, y yo fui el suyo por un tiempo.

—No sé qué más hacer, Tae, y si no me doy prisa Chanyeol será sentenciado y probablemente enviado a la prisión más peligrosa. No lo volveré a ver.

—Me imagino que sientes mucho que, en esas cárceles, los policías sean más inteligentes como para darse cuenta que él jamás se ha casado. Echarás de menos las visitas conyugales.

Sí, no iba a desmentirlo. Extrañaría poder verlo y sentir su calor. Extrañaría tenerlo cerca, a él y a sus chistes. Extrañaría llamarme su esposo.

—Pero..., ciertamente no creo que debas involucrarte demás, Baek. Tu esposo es..., peligroso, y si se da cuenta de lo que haces, no dudará en-

—Lo sé, pero se lo merece, Tae. Seunghyun merece ir a la cárcel por lo que me ha hecho a mí y a su hermano.

—Eso, obviamente, no tiene nada que ver con divorciarte de él y correr a los brazos de Chanyeol.

—Si lo dices así suena feo —puchereé.

—Sonará feo como sea que lo diga, pero yo mismo te lo recomiendo, al menos para darle en el orgullo a ese torpe esposo tuyo.

—Primero debo enviarlo a la cárcel antes de poder restregarle en la cara lo otro.

—Bien. Déjame pensar —tanteó sus labios en un curioso bailecito que me pareció dulce—. Dijiste que Minho aún trabaja para Seunghyun.

—¿Tu ex prometido?, ¿quieres involucrar en esto a tu exprometido, la misma persona que es el encargado de la seguridad de Seung, en este plan?

Él pareció dudarlo unos segundos, sus ojos negros se entrecerraron y se perdieron, creo yo, en el recuerdo de hace tres años.

Taemin conoció a Minho en una reunión de la facultad; él era el representante estudiantil, mientras que Choi resultó siendo el jefe de seguridad del ministro de Gobierno de aquel entonces. Mi amigo cayó rendido a los pies de ese hombre tan soberbio. Le gustó mucho, demasiado, y persiguió su objetivo con ahínco.

Le envió cartas y le compró chocolates, así hasta que luego de dos semanas, Minho le respondió una de esas cartas.

<<Me encanta verte frunciendo los labios cuando piensas que no leo tus cartas, y luces precioso cuando te escondes entre los arbustos frente al edificio de gobierno. Claro que las personas de ahí han empezado a preguntarme si no debería preocuparme por el pequeño pillo que ronda el lugar todos los días. Tal vez debería arrestarte. ¿Te gustan las esposas?

Aunque me encantaría que jugáramos, debo ser un caballero con un chico tan bonito.

Así que he de corresponderte.

SIN SALIDA (Chanbaek)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora