Si le muestras tus heridas al enemigo, las usará para destruirte.
Mi rostro lucía mal frente al espejo. Las magulladuras en mi pómulo y labio eran de un horrendo tono verdoso amoratado. Tenía, además, algunos golpes en mis rodillas y piernas, de cuando esa bestia me tiró contra el piso. Y aún si tuviera todavía más heridas, daba igual. No me dolían como mi pecho. Mi corazón estaba destrozado, latiendo por rabia más que por ganas de vivir.
Durante la noche repasé lo que había ocurrido, lo que había visto. Me quedé con ese último recuerdo, aquella fracción que me abofeteó más fuerte que Minwoo.
Luhan había tenido razón. Él consiguió tener de regreso a Chanyeol sin hacer realmente esfuerzo. Por supuesto, de ahora en adelante sería todo distinto. Ya no tenía protección de nadie, y tampoco la quería. Mi cabeza tenía un precio y más de uno estaría interesado en cobrar la recompensa. Así que solo me tenía a mí mismo ahí dentro.
Agité mi flequillo que durante ese tiempo creció y lo usé para tapar en algo mi mejilla golpeada. Caminé por el pasillo hasta el comedor, pasando en medio de las miradas, los comentarios y las risas. Ya todos debían saber que Chanyeol me había botado por Luhan. Él mismo debió contarlo, con lo alegre que pareció ayer de lograr su cometido.
Pero me daba igual. Sus opiniones no me importaban.
Al entrar, los cuchicheos descarados aumentaron conforme caminé. En la fila de la comida, el espasmo brusco de la angustia me sacudió. Aunque no quería ver a Chanyeol, probablemente, y conforme mi mala suerte, sí llegaría ese día. Quizás para burlarse de mí en mi cara.
Ya nada me sorprendería.
Tomé la pila de puré de patatas y ensalada, una botella de agua y me fui a la mesa más apartada, aquella en un rincón medio oscuro que nadie parecía querer. Pasé frente a la mesa de Chanyeol. Hyunjin me dio una mirada de pena.
No quería su lástima, ni de ellos ni de nadie. No obstante, ya podía escuchar a Kyuhyun burlarse de mi miseria.
Aunque no tenía hambre, tomé algo de agua para recuperar el líquido que desperdicié llorando. Con la cabeza baja, evitaba ver a todos los reos chismosos, pero sentía sus miradas sobre mí y las groserías en mi contra. Estaban compitiendo por quién me jodería primero.
De pronto, el bullicio cesó. Chanyeol había ingresado. Lo vi apenas elevando un poco la mirada tras mi flequillo. Torcí los labios. Él venía acompañado de Luhan quien estaba prácticamente colgado de su brazo denotando su nueva posición.
«Mis felicitaciones», pensé y no pude evitar la amargura que me inundó. Felizmente, esa amargura luego se transformó en odio.
Vi a Chanyeol caminar hacia su mesa y sentarse muy erguido, le preguntó algo a Siwon, aunque no escuché la respuesta. Luhan chillaba feliz, no pudiendo contener su alegría, y de pronto solo se sentó sobre el regazo del jefe.
Me sentí asqueado incluso del agua y, aunque iba a lucir todavía más patético yéndome, lo hice. No iba a ser objeto de burlas ni de sardónicos comentarios. Tomé la bandeja, y sin cuidado la tiré a la basura. Si Chanyeol me vio o no, simplemente no me importó.
Fui a la biblioteca, el lugar que aparentemente se había convertido en mi lugar seguro. Tomé un par de libros, uno era el Conde de Montecristo, bastante apropiado para lo que vivía, y el otro era Lo que el viento se llevó. Creo que quería algo que me diera valor y algo para llorar por mi estupidez. Me senté en un desnutrido futón del piso, contra uno de los rincones y empecé a repasar mis ojos por las páginas amarillentas.
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SIN SALIDA (Chanbaek)
FanfictionChanyeol es cuñado de Baekhyun, y su amor prohibido. Y Baekhyun es el sueño húmedo de Chanyeol. Pero entre ellos se interpuso Park Seunghyun y una traición que empujó a Chanyeol a la cárcel por un crimen que no cometió. Baekhyun se propuso ponerlo...