yo en tate no yuusha (Reescribiendo)

temp 2 CAP 12

No sabía cuánto tiempo había estado viviendo dentro de aquella cueva modificada. 

Cuando llegó allí por primera vez, era poco más que un corderito, aunque ahora estaba más cerca de un adolescente.

Al principio, había estado allí solo porque lo habían abandonado allí, arrojado a los golems de roca y los mounstruos de nieve. 

Su día a día había estado lleno de violencia y cada momento de vigilia había sido una lucha.

Pero sobrevivió, escapó y lucho por vivir un día más

… Entonces, ¿por qué las voces lo habían llevado de regreso allí?

No podía recordar cuándo comenzaron las voces. 

Habían sido sus palabras burlonas las que continuaron alimentando el fuego dentro de su corazón, empujándolo hacia adelante. 

Los fragmentos ocasionales de información que le pasaban habían sido invaluables para su supervivencia.

Habían sido ellos los que lo habían llevado a la habitación, una biblioteca dentro de la cueva helada que contenía libros de otros mundos.

Tampoco supo cuándo aprendió a leer. 

Supuso que habían sido las voces las que le habían enseñado. 

Gracioso, que él de todas las personas hubiera aprendido a quién leer, considerando que al no haber escuchado a nadie hablar aparte de las voces no debería de saber hablar.

Por el momento, había estado leyendo un libro antiguo que contenía una historia de héroes, muy parecida a las historias de la mitología griega que había leído antes. 

Una historia sobre las 'Olas de la Calamidad' y de los Héroes que serían convocados para proteger al mundo de ella. 

Por supuesto, el libro menciona la traición. Parece que los Héroes siempre estaban siendo traicionados y utilizados por las personas que cantaban sus alabanzas.

No podía entender por qué los Héroes se molestaron en primer lugar.

*¡Ah!* *¡Boom!*

Se apartó rodando de la ventana y agarró su espada, una larga hoja negra casi tan larga como él era alto, como el sonido de explosión de nieve.

Manteniendo su distancia de las paredes, dado que un ataque directo de las bolas gélidas, posiblemente podría destruir una de ellas, dio vueltas hasta que pudo ver a la criatura que lo estaba atacando.

… Solo que esta vez, él no era el objetivo.

Había algo más en el aire, algo más que una manticora o un diablillo helado. 

Se movía de forma diferente a ellos, en lugar de flotar en el aire, se lanzaba a gran velocidad, esquivando los ataques que se habían percatado de él.

Era una criatura bípeda, como el, pero no tenía tanto pelo salvo una mancha de color gris en la cabeza, cubierta por un gorro de nieve marrón. 

Y tenía estas grandes cosas negras... saliendo de su espalda que se movían mientras se movía por el aire.

Se encontró fascinado por la criatura y su gracia en el cielo y la espada que llevaba, que brillaba con el poder del fuego.