CAPÍTULO 8

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A pesar de que el antídoto curaba el veneno de su cuerpo, Merrin explicó que lo hacía de forma lenta, y que podría tardar unas horas. Por lo tanto, recomendó que el chico reposara durante un tiempo hasta que se sintiera mejor.

En otra ocasión Cal hubiera replicado pero, encontrándose tan cansado como estaba, cerró los ojos y, sin darse cuenta, se quedó dormido en el suelo de la habitación de la joven. Merrin propuso a Cere colocarlo en la cama, pero la mujer le dijo que sería mejor que ella también descansara.

Dicho esto, los dos más jóvenes permanecieron en la habitación descansando – Merrin tampoco tardó demasiado en quedarse dormida- y Cere se quedó en el salón de la casa, sentada sobre el sillón de tierra.

La mujer se cruzó de piernas y comenzó a meditar. Su mente estaba perdida, confundida y llena de ira. Debía intentar alejar esos pensamientos, pero sin quererlo su mente no podía evitar revivir una y otra vez las constantes torturas por las que había pasado, Trilla con el uniforme de los Sith y a él...Darth Vader. Quizá había llegado el momento de contarle a Cal todo lo que sabía sobre él.

Pasaron varias horas antes de que Cal despertara de su sueño. Se sentía mucho mejor, físicamente sentía cierto molimiento en el pecho, dónde había recibido el golpe, pero al menos ya respiraba con normalidad y no se sentía tan cansado.

Intentando no hacer ruido salió de la habitación, para así dejar descansando a Merrin, y se reunió con Cere, que estaba sentada en el sillón con los ojos cerrados.

- Cere.- Dijo él, a modo de saludo.

La mujer, sin abrir los ojos, le hizo gestos indicándole la puerta de la casa.

- ¿Quieres que salga?- Preguntó él, sin entender bien qué quería.

- Saldremos un momento.

Cere se levantó y ambos salieron de la casa. BD se había quedado con Merrin.

- Tengo que contarte algo. El sith que nos atacó al final, el que mató a Trilla...no es un sith cualquiera.

Cal miró con curiosidad a la mujer, esperando que siguiera con su relato.

- ¿Has oído alguna vez hablar del maestro Obi-Wan y su aprendiz Anakin?

El joven negó con la cabeza.

- Eras demasiado joven cuando todo pasó...

Cere suspiró.

- Obi-Wan y su maestro encontraron a un niño en unos de sus viajes. Pero ese niño no era normal, había tanta Fuerza en él que era inaudito. Nadie sabía que existía por lo que no había sido entrenado. Con mucho esfuerzo, finalmente Obi-Wan se convirtió en su maestro.

- ¿Ese Sith les hizo algo?

- No seas impaciente, Cal.

- Perdón.

- En fin, que lo entrenó como Jedi y, durante años, el joven fue increíble. Era prometedor, muy poderoso. Pero había algo en él que no terminaba de convencer al Consejo, era demasiado rebelde y parecía tener ideas muy absolutistas. Pero, quizá cegados por el deseo de que alguien como él fuera "el elegido", no le prestaron demasiada atención y...algo pasó.

- ¿El elegido? ¿para qué?

- Madre mía ¿de verdad te adiestraron? A veces me pregunto qué hizo tu maestro contigo.

Cal bajó la mirada tímidamente y se rascó el cuero cabelludo.

- No prestaba demasiada atención en algunas clases de historia.

No sigas la oscuridad que hay en míDonde viven las historias. Descúbrelo ahora