CAPÍTULO 15

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Merrin había tratado de alejarse más e, incluso, de salir de allí, pero la curiosidad fue más fuerte y sus pies se quedaron pegados al suelo, esperando a que la mujer siguiera hablando.

- La razón por la que ninguna hermana de la noche ha podido hacer magia blanca es porque todo su poder emana del lado oscuro. Es lo que nos han enseñado. Pero...hay una Fuerza poderosa. Tú siempre pudiste controlarla, aunque fuera un poco, ya que tu padre...

- ¡No vuelvas a decir que mi padre es un Jedi! Solo dime ¿seré capaz de curarlo?

- Si aprender a usar esa magia, sí.

La chica asintió, feliz con la respuesta. Después de todo si había sido capaz de curarse a sí misma significaba que ya dominaba esa magia. No sería difícil hacer lo mismo en cuanto viera a su compañero.

- ¿Qué te hacen aquí?- Preguntó Merrin.

Pero la mujer ignoró su pregunta.

- Acércate...déjame tocar a mi hija...solo una vez.

Merrin no estaba muy convencida pero sentía lástima por aquella mujer, así que al final se acercó a ella y dejó que con su débil mano la tocara. La mujer acariciaba el rostro de la chica con cariño y la miraba con orgullo.

- Debo contarte toda la verdad pero...no sé si tendré fuerzas para ello.

La joven agarró la mano de la mujer, tratando de hacerla sentir mejor y darle energías. Ante este gesto la mujer sonrió, aunque sus ojos seguían igual de apagados.

- Buscaré la manera de sacarte de aquí. Cal podrá ayudarme.

Soltó la mano de la mujer y dio un rodeo por toda la habitación, tratando de entender qué podían significar todos aquellos botones ¿por qué había tantos? Con lo fácil que sería todo si tan solo hubiera un botón...

De pronto escuchó el sonido de una espada láser. Sus reflejos la hicieron apartarse con rapidez y mirar hacia la puerta, pero, cuando quiso darse cuenta de lo que había pasado ya era demasiado tarde. La espada láser había sido lanzada hacia el pecho de aquella mujer que decía ser su madre. La sangre brotaba y sus ojos, antes apagados, pasaron a ser totalmente inexpresivos: la mujer había muerto.

No la había conocido y ni siquiera estaba segura de creerla pero verla fallecer la hizo sentirse triste y, en parte, culpable.

Su mirada se centró en la persona que había lanzado aquella espada.

- ¡Muere bruja!- Gritaba.

Cere había dado con ella.

Merrin sabía que las posibilidades de escapar de ella no eran demasiadas, pero si aprovechaba ese momento, en el que la mujer perdería algo de tiempo en quitar la espada del cuerpo de su madre, podría tener una oportunidad; aunque fuera ínfima.

Disculpándose en susurros con la mujer comenzó a correr.

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BD-1 le mostró el mapa a Cal, y en él se podía apreciar que Cere había llegado a la misma habitación que Merrin.

- Eso no es bueno, BD.

- Bip Bee.

- Lo sé, tengo que darme prisa.

Cal corrió lo más rápido que pudo siguiendo las indicaciones de BD, mientras deseaba que Cere no le hiciera nada a Merrin, no solo porque se preocupaba por la seguridad de la propia Merrin, sino también porque sabía que si eso pasaba Cere caería más en la oscuridad.

No sigas la oscuridad que hay en míDonde viven las historias. Descúbrelo ahora