No sigas la oscuridad que hay en mí

CAPÍTULO 17

Los días fueron pasando mientras se movían a través del espacio tratando de llamar lo menos posible la atención del Imperio. Cada día Cal parecía más ausente, se pasaba horas y horas meditando, tratando de concentrarse cada vez con más fuerza, intentando que lo guiasen. A veces intentaba pensar en su maestro, pero no parecía surtir mucho efecto.

Mientras tanto, Greez se limitaba a pilotar y hacer la comida; mientras que Merrin leía el libro sobre magia blanca. Y es que la joven había estado completamente segura de que había curado a su amigo aquella noche, pero uno de aquellos días lo había pillado meditando sin la camiseta puesta – estaban en un planeta de muchísimo calor y el chico se pasaba horas sin salir de sus aposentos- y ahí estaba, otra vez, como si ella nunca hubiera hecho nada.

Merrin encontraba frustrante que sus intentos no tuvieran un resultado deseado. De hecho empezaba a pensar que aquella mujer la había engañado, porque, después de todo, si aquello era cierto ¿no significaba de que ella podía ser capaz de ayudar al chico? ¿Por qué parecía que nada servía?

Greez y Merrin se pasaban horas jugando a juegos absurdos de palabras, respetando la intimidad que les pedía Cal, pero ambos comenzaban a echarlo de menos. Sobre todo Merrin. Greez era muy divertido, pero no era ni de lejos tan interesante como Cal.

Incluso BD-1 comenzaba a pasar más tiempo con Greez y Merrin, aburrido de las meditaciones constantes de Cal.

- Bueno, entonces ¿ha habido algún avance con el libro ese?- Dijo Greez a Merrin un buen día.

- ¿El de la magia blanca? Pues no.- Respondió ella irritada.- Si quieres usarlo para alimentar a tus bichos...

- ¿Qué bichos?

- Yo que sé, tienes unas plantas extrañas ¿por qué no podrías también tener bichos?

- Qué tontería...

Merrin sonrió.

- Se supone que el amor es lo que hace que funciones ¿verdad?- Siguió él.

- Ajá.

- Quizá el beso no funcionó porque...requiere el más grande gesto de amor entre seres.

- ¿Y eso es...?- Preguntó ella enarcando una ceja.

Greez suspiró.

- A esta juventud hay que explicarle todo. A ver ¿qué hacen dos personas que se quieren y sucumben a la pasión?

- Oh, ya sé por dónde vas. Pero no creo que...

- ¿Quieres o no quieres que funcione?

- A ver, piénsalo. No tiene sentido. Entonces, si quiero curar a alguien ¿tengo que tener sexo con todos ellos?

Cuando la chica hizo la pregunta Greez se quedó algo cortado. Sí, él estaba pensando en eso, pero no de una forma tan fría. Él entendía ese acto como algo que se hace con amor, pero estaba claro que para ella no tenía ni la más mínima connotación romántica.

- Tienes razón, supongo. Olvídalo.- Respondió él.

- Pero Cal es un Jedi...y ellos...

- Creo que no te sigo.

- Tengo una idea.

Sin decir nada más la joven se levantó del asiento en el que estaba y fue directa a la habitación donde el chico meditaba...

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