CAPÍTULO 27

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VOLVIENDO AL PRESENTE, TRAS EL ATAQUE DE CERE.

No había nada en su mente, absolutamente nada, solo odio y rencor.

No era consciente de prácticamente nada de lo que estaba haciendo ¿o quizá sí? Probablemente sí, pero su mente intentaba defenderla, engañándola y haciéndola creer que no era del todo culpable. Pero lo era.

Todo su odio y rabia habían desaparecido cuando había visto el cuerpo de su nuevo padawan en el suelo. La sangre derramada en el suelo, su rostro aterrorizado sabiendo que su vida había llegado a su final, y finalmente cómo en cuestión de segundos había aceptado su propia muerte antes incluso de que ésta llegara. Porque, a pesar de todo lo que había tenido en su mente durante aquellos últimos tiempos, Cal era, probablemente, uno de los Jedi más poderosos y maduros que había conocido.

Llorar su muerte era doloroso, pero no tanto como aceptar que había sido ella misma la que la había producido.

Sus lágrimas se intensificaron cuando escuchó al chico decir "Cere, has vuelto" con una sonrisa en sus labios. Como si realmente se alegrara de verla. Y no, no era "como si", Cal se alegraba de verla. Sentía que su sacrificio había servido para algo.

Todo se tornó oscuridad a su alrededor y pudo ver con total claridad a aquella Trilla que había estado escuchando durante todo el tiempo. Pero ahora que se fijaba bien, la joven estaba descompuesta, no era más que una sombra, un reflejo de lo que una vez fue. Al lado de "la falsa Trilla" se apareció un espectro con la figura de la auténtica Trilla.

- Maestra.- Dijo aquel espectro, que ahora podía apreciar que era la verdadera Trilla.

- ¡Has hecho bien en matarlo, no dejes que te engañen tus sentimientos! Tus sentimientos te debilitan.- Decía la "falsa" Trilla.

Cere ignoró a la Trilla que la había acompañado durante tanto tiempo y fijó su mirada en la nueva Trilla.

- He venido a advertirte. Algo muy oscuro y peligroso se acerca. Cal Kestis ha muerto, pero tú sigues viva. Merrin va a hacer una locura y debes impedírselo.

- ¡No! Debes dejar que la chica sufra. Y matarla cuando te asegures de que ha sufrido bastante.- Replicó la otra Trilla.

- ¡Cállate! Ya te he escuchado bastante.

Como si sus deseos fueran órdenes, poco a poco el rostro de la falsa Trilla fue cambiando de forma, mostrando su verdadero yo. A pesar de que todavía no se había convertido del todo, Cere pudo apreciar que, por sus características físicas, se trataba de una hermana de la noche. Tenía el rostro pálido y dibujado en él una serie de líneas que formaban ángulos perfectamente definidos; sus ojos eran completamente rojos.

- Una hermana de la noche, pero... ¿cómo?- Se preguntó Cere.

- ¡Maestra, debes luchar contra la oscuridad!- Gritó la Trilla original.

A pesar de que le hubiera gustado seguir hablando con su antigua padawan, la figura de la chica desapareció, dejándola a solas con aquella hermana de la noche. La mujer la miraba con sorna, como jactándose de que su plan había salido tal y como esperaba. Pero ¿cuál era el plan de aquella mujer, exactamente?

Las risas de la hermana de la noche se apoderaron de su cabeza, torturándola con su no parar.

- Mi nombre es Orul, soy la "madre" de las hermanas de la noche. El día en que todas murieron a manos de esos malditos sith conseguí ocultarme durante horas y, aunque mi cuerpo está muerto, conseguí salvar mi alma. Y ¿adivina qué? He encontrado la manera de apropiarme de un cuerpo.

No sigas la oscuridad que hay en míDonde viven las historias. Descúbrelo ahora