CAPÍTULO 23

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La rabia empezó a crecer dentro de Cere.

No solo se había atrevido a ir allí con la bruja, sino que encima se había dejado llevar por sentimientos y se había enamorado de ella. Ingenuo. ¿Es que no sabía las consecuencias que eso podría acarrear?

Definitivamente Cal era débil. Mucho más de lo que ella había creído.

Ver aquel gesto de amor entre ellos le había dado ganas de vomitar pero, sobre todo, se había convencido de lo peligrosos que eran ambos jóvenes – y más si estaban juntos-. Tenía que matarlos a ambos. No podía permitir que un futuro sith y una hermana de la noche se aliaran, las consecuencias podrían ser letales.

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Ambos jóvenes se alejaron un poco el uno del otro, lo suficiente como para poder verse los rostros. Pero sus brazos seguían rodeando el uno al otro y no querían separarse.

- Tengo que confesarte que con este traje de soldado imperial no he podido sentir muchas de tus caricias.- Admitió Cal con una sonrisa tímida.

- Y yo que estaba empezando a cansarme de hacerlo.- Dijo ella, sonriendo también.

- Merrin, quiero decirte algo.

Cal deseaba confesarle sus sentimientos a la chica. ¿Y qué mejor momento que ese? Ya se había abierto a ella, si lo soltaba ahora no la sorprendería – o no tanto-, y no se sentiría tan incómodo.

Muy oportunamente y como si el destino no quisiera que el joven se declarase, se escuchó una explosión muy cerca de ellos.

- ¡Mierda!- Espetó la joven, soltándose del chico bruscamente.- Nos hemos distraído y nos han pillado.

- ¿Cuántas probabilidades hay de que sea un ataque de un tercero?- Preguntó Cal con una sonrisa.

La chica frunció el ceño y lo miró.

- Ninguna.

- Beep Bi.

- Vale, vale. Solo era una broma.

La chica dudó durante un momento sobre si salir o no. Al final no lo hizo, en cambio se dirigió a la zona en la que antes había estado investigando. Con un gesto de su mano indicó al chico que se acercara.

Él le hizo caso y se posicionó a su lado.

Entonces ella le mostró todo lo que había visto. Las notas sobre los "estudios" para crear una raza superior.

- Esto es lo que quería hacerte tu maestro.- Dijo ella.

- Merrin...

El chico intentó agarrar la mano de la joven, pero ella lo evitó.

- No. Tenemos que centrarnos, no sientas pena por mí. Evidentemente no me agrada, pero tampoco es algo que me sorprenda después de lo que he visto. Te lo he enseñado porque creo que es la clave.

- ¿La clave? ¿De qué?

- La clave para entender qué busca el Imperio y qué busca ahora Cere.

- No, Cere...

- ¡Basta! Estás ciego, no quieres ver la maldad en los demás, pero acéptalo: la hay. Tanto en mí como en ella. Y aunque quieras negarlo, ella ya no es la Cere que conociste.

- Beep Bi.

Cal le dedicó una mirada rápida al androide y luego volvió a dirigir su mirada a la bruja.

No sigas la oscuridad que hay en míDonde viven las historias. Descúbrelo ahora