[ X V I I I ] Estoy aquí

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—¡¡Ese par de-...!!—Miiko había terminado de leer el mensaje que Chrome les envió y el papel se desintegró al envolverse en llamas azules provenientes de la kitsune.

—¿Que pasó?—Preguntó Leiftan. 

—Le doy una oportunidad a ese niño y así me paga... ¡Ah, le espera una buena reprimenda cuando regrese!—Dijo Miiko mientras apretaba su bastón com tanta fuerza que sus nudillos quedaron rojos.

—¡¿Ellos están bien?!—Cuestionó el rubio con expresión preocupada.

—¡¡Esos dos perdieron la barca!!—Respondió la kitsune indignada.

—¿¿Pero están bien??—Volvió a preguntar el rubio con insistencia.

—Sí, dice que usarán la sironomagia para regresar—Leiftan se tensó al oír aquello. No se suponía que fuera así.—Debemos de esperarlos en dos días aproximadamente.

El lorialet hizo una mueca que pasó desapercebida por la furiosa kitsune que caminaba de un lado a otro.

—¿Cómo fue que se quedaron sin barca?—Se preguntó Leiffan meneando la cabeza.

—Es lo que les vamos a preguntar cuando lleguen.

Karenn y Alajéa, quieres habían estado escuchando detrás de la puerta, intercambiaron una mirada anonadada.

—Ahora sí que la regaron...—Dijo la sirena.

—Nunca había escuchado a Miiko tan furiosa—Comentó Karenn preocupada ante lo que les esperaba a sus amigos si es que podían regresar.

—Espero que esta vez sí echen a Chrome de la Guardia, ya ha cometido muchos errores—Soltó Alajéa mientras que Karenn negó con la cabeza no concordando con la opinión de su amiga.

La vampiresa estaba a punto de replicar, cuando alguien se le adelantó. 

—Lo mismo se podría aplicar a tí Alájea—Ambas voltearon y se encontraron con Nevra, quién les sonreía de forma peligrosa.

—¡Nevra!—Ambas tragaron duro, pues no era la primera vez que él las sorprendía espiando.

—Karenn, ¿Que te he dicho de escuchar a hurtidillas?—La vampiresa puso sus manos detrás suyo y bajó la mirada.

—Que debo de dejar de hacerlo...—Refunfuño Karenn.

—Y deja de arrastrar a tus amigas a que lo hagan también, no necesitamos más cotillas en la Guardia—Nevra le dió un golpecito en la frente y ella le sacó la lengua en respuesta.—Váyanse antes de que le diga a Jamón sobre sus travesuras.

Karenn se fue tan rápido como un sabali, pero Alajéa no se movió ante la ilusión de poder hablar un poco más con Nevra.

—Me decepcionas Alajéa, lo esperaba de Karenn pero no de tí—Dijo el vampiro cruzandose de brazos mientras la miraba con reprobación.

—Karenn es muy persuasiva cuando quiere—Dijo la sirena con las mejillas coloradas. No quería que Nevra pensara que era una chismosa, así nunca se enamoraría de ella.

—¿Qué fue lo que escucharon?—Preguntó el de cabellos oscuros con curiosidad. 

—Que Chrome y Eliksir perdieron la barca y regresarán en dos días—La mirada juguetona de Nevra cambió por una más seria.

—No lo divulgues, ¿entendido?—Alajéa asintió rápidamente con la cabeza.—Ya se extraña a esos dos por aquí...

La sirena sintió una punzada de celos ante aquel tono afectuoso que había usado el vampiro.

Remordimientos tardíos; EldaryaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora