Remordimientos tardíos; Eldarya

La cara oculta pt.9

Eliksir... 

Su nombre bailaba en mi mente sin que pudiera pensar en otra cosa.

Ya hasta había olvidado mi enojo por haber sido elegido para ir al Templo Fenghuang.

Mi enojo había desaparecido por completo al sentir como te aferrabas a mí.

Aún podía sentir tu cuerpo junto al mío, el aroma de tu pelo, la suavidad de tu piel... tu simple presencia me era intoxicante.

¿Cómo podría pasar un mes lejos de tí? No quería irme, mucho menos dejarte sola ante los peligros de este mundo.

Me aterraba que algo pudiera pasarte, pensar que alguien intentara acortejarte y que yo no estuviera presente para evitarlo... me hacía sentir una rabia incontrolable.

Sorin fue uno de los valientes en hablarte, nada sorprendente dada su fama de perseguir faldas. Pero me preocupaban más aquellos que se mantenían a una distancia prudente, esperando el momento oportuno para acercarse a tí.

Y también estaba Nevra... era obvio su interés, aunque dudaba que quisiera algo más que pasar una noche en tu cama. Era esa clase de hombre.

Solo me queda rogar que no caigas en sus sucias redes durante mi ausencia.

—¡Leiftan, ¿Que te trae por aquí querido?!—Me preguntó Purriry al encontrarme en la puerta de su tienda, la purreko no tardó en jalarme del brazo hacia el interior.—¿Necesitas un atuendo para la velada? ¡Tengo un traje que te quedaría ge-ni-al! 

—Gracias Purriry, pero no estoy buscando algo para mí—Aclaré paseando mi mirada por los aparadores en busca de algo que fuera perfecto para tí.

—Oh, ¿Quién es la afortunada?~ —A pesar de ser una purreko, no había que subestimar a Purriry. Por algo era una gran vendedora y la más temida entre la comunidad purreko del C.G.

—Es privado—Declaré poniendo una sonrisa cortés que no le causó mucha gracia, pero pareció entender que no le diría nada.

—En todo caso, haz hecho bien en venir aquí—Comentó la purreko colocandose detrás del mostrador.—Ya sabes lo que dicen, si lo que quieres es conquistar el corazón de una chica... ¡Regalale joyas!

Mi plan no es conquistarte a través de regalos caros, más bien quiero demostrarte lo importante que eres para mí.

Y el que te veas aún más exquisita usando mis regalos... era un extra.

—Esta es mi mejor pieza, exclusiva, única, digna de una princesa, son rubíes reales por si te lo preguntabas—Purriry me mostró un increíble collar hecho de oro y con incrustaciones de rubí. Enseguida supe que era el indicado.—¡El sueño de cualquier mujer, ¿no crees?!

—Me lo llevo—No me importaba el precio, lo único en lo que podía pensar es en verte con ese precioso collar puesto.

—Un hombre decidido, tu chica misteriosa se ha llevado la lotería contigo—Dijo Purriry con una sonrisa divertida.—Son 2,000 maanas, precio de amigos.

Le dí el maana sin decir nada acerca de cómo había inflado el precio.

No tenía tiempo para discusiones, tenía que pensar en lo que te diría al entregarte este obsequio.

¿Te gustara? ¿Lo rechazaras? ¿Lo amaras tanto como lanzarte a mis brazos otra vez? 

No podía esperar a ver tu reacción...