La cara oculta pt. 7

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Sollozo tras sollozo. 

Rechistar y rechistar. 

Mi paciencia se estaba acabando.

—Chrome deja de refunfuñar, es irritante—Solté con cansancio. 

—¡Es fácil para tí decirlo, no has sido suspendido de la Guardia!—Exclamó el lobo con una mirada ofendida.—¿¿Tienes idea de lo que me pasaría si me echan??

Chrome está de los nervios, tiene que estar concentrado si queremos que esta noche sea un éxito. 

Me detuve y gire a verlo con seriedad:—Ya no estarás suspendido ni te sacarán de la Guardia.

El lobo me miró anonadado. 

—¡¿De verdad?!—Ya no quedaron rastros de preocupación en su rostro al oír que estaba fuera de peligro. 

Y todo gracias a mi amada. 

Chrome debía de considerarse muy afortunado.

De no ser por Eliksir, probablemente habría tenido que deshacerme de él. 

—Eliksir habló con Miiko, dijo que fue ella quien perdió la barca—Añadí. Esperaba que esa información fuera suficiente para que el lobo se mostrara agradecido contigo.

Necesitabas un aliado en la Guardia y ese aliado sería Chrome, además con él de tu lado, no me preocuparía tanto por tu seguridad. 

—¡¿Ella hizo qué?!—Chrome abrió los ojos como platos ante aquella revelación y luego soltó un suspiro de derrota.—Esa chica es demasiado amable para su propio bien.

En eso estabamos de acuerdo.

No necesitabas mentir por Chrome, pero lo hiciste.

¿Mentirías a la Guardia por mí también?

¿Me mostrarías la misma lealtad?

—Leiftan por favor, no la involucres en esto—Pidió Chrome logrando que dejara de lado mis ambiciosos pensamientos.

—¿A qué te refieres?—Cuestioné en tono frío. 

—E-Ella casi se muere por nuestros planes—Respondió el lobo con la mirada baja. 

Recordé el verte tan débil en cama y mi corazón se encogió.

No quería pasar por eso otra vez. 

Sin embargo, me negaba a alejarme de tí.

Me sería imposible.

—Aun hay incógnitas sobre ella, es por eso que debes seguir vigilandola.

—No entiendo, ¿Por qué quieres saber más sobre Eliksir?—Se aventuró a preguntar Chrome manteniendo una segura distancia de mí. 

—Solo limitate a hacer lo que te digo, ¿entendido?—Chrome asintió energicamente con la cabeza y continuamos el resto del camino en silencio. 

Una vez llegamos al corazón del bosque, ya nos estaban esperando.

—Por fin, ¿Saben que es de mala educación dejar a uno esperando?—Ashkore soltó a la hamadriade que estaba sometiendo con sus llamas haciendo que cayera al suelo.

—¡P-Por favor, piedad!—Pidió la hamadriade, su voz quebrada y ojos llorosos. Su árbol había sufrido maltratos también, pues el tronco presentaba rastros de haberse quemado.

—Cállate—Ashkore puso su pie sobre la espalda de la faerie haciendo que esta soltará un quejido de dolor mientras lloraba desesperada. 

—Chrome ayuda a Ashkore a sujetarla—El lobo miró a la hamadriade con una expresión conflictuada, pero terminó por hacer lo que le dije.

—¡N-No!—La faerie intentó librarse del agarre del enmascarado y el jóven lobo en vano. Ya no le quedaban fuerzas para luchar después de los juegos de Ashkore.

—¿Tienes el cristal?—Le pregunté al enmascarado tendiendo mi mano en su dirección.

Ashkore me pasó un pedazo de cristal que estaba teñido de negro.

Un cristal contaminado.

Raros de encontrar y perfectos para corromper faeries.

—N-No se saldrán con la suya...—Dijo la hamadriade entre sollozos. 

Voltee a verla con desinterés:—¿Eso crees?

—¡L-La luz del Oráculo es más fuerte que cualquier oscuridad!—No pude evitar reír ante aquella frase tan cursi. 

Esto iba a ser divertido.

Me acerqué a la patetica hamadriade mientras liberaba mi verdadera apariencia.

Esto hizo que la faerie se horrorizara e intentara forzajear nuevamente en vano.

Era imposible escapar. 

Una vez a su altura, la tomé de la barbilla con fuerza y la obligue a sostenerme la mirada:—Veamos si tu precioso Oráculo puede salvarte de esto...

Chrome apartó la mirada incapaz de ver el sufrimiento de la hamadriade. 

Ashkore se mantuvo en silencio, pero sin aflojar el agarre sobre la faerie.

Esta había sido una noche exitosa.

Remordimientos tardíos; EldaryaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora