[ X X X V I I I ] Visita nocturna

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Me desperté de buen humor después de varios días grises.

Hablar con Nevra de mis preocupaciones resultó ser algo positivo. Nunca lo habría imaginado, pero el vampiro es un buen consejero.

Hoy no tengo nada programado.

Karuto insistió en que me tomará un día de descanso de la cocina, tal vez había notado mi desánimo de estos días y esta era su forma de mostrarme su consideración. 

Empecé a peinar mi cabello deshaciendome de los molestos nudos y en el proceso me dí cuenta de que un mechón estaba más corto que el resto.

Lo inspeccioné más de cerca tratando de pensar en la causa. La última vez que fuí al salón de belleza fue unos días antes de mi viaje a la isla Skye, pero estoy segura de que mi estilista nunca cometería un error como este.

No debería de pensar demasiado en ello, pero si me molesta que no esté parejo... Tal vez esta sea una señal para un cambio de imagen.

¡Y sé exactamente con quién ir!

—¡Vamos Aisuru!—Le hice señas a mi familiar para que me siguera y éste dió un salto de la cama moviendo su cola emocionado.

Estaba cerrando la puerta de mi habitación cuando noté que Aisuru olfateaba el aire y pareció percibir algo, pues corrió al final de pasillo detrás de uno de los pilares a la entrada de la sala de Cristal.

—¡Ack, Aisuru vas a hacer que me atrapen!—Me acerqué con curiosidad a ver de quién se trataba.

—¿Karenn? ¿Que estás haciendo?—La vampiresa está escondida detrás del pilar mientras Aisuri se ponía de dos patas para llamar su atención.

—¡Estoy poniendo mis habilidades a prueba!—Respondió Karenn con la oreja pegada a la pared. 

—¿Estás espiando?

—¡Están discutiendo sobre la misión a Balenvia, debo de saber a quienes han escogido para ir!—Explicó la vampiresa gritando en voz baja.

Nevra ya me había comentado alguna vez que Karenn tenía la manía de espíar los asuntos oficiales de la Guardia y que ya la habían sorprendido en varias ocasiones.

—Karenn no deberías de hacer esto, ya nos notificarán después—Le dije algo preocupada de que volvieran a atraparla, sobretodo porque las cosas en la Guardia estaban tensas con lo de Balenvia y la presencia de mercenarios humanos.

—No me vengas con rollos de moral ahora, ya con Nevra me basta—Farfulló Karenn en un tono no muy amigable.

—Si sigues escuchando conversaciones ajenas así, nadie te tomara en serio—Karenn soltó una risita ante mis palabras y despegó su oído de la pared para voltear a verme de frente.

—Mira, solo por que estés saliendo con mi hermano no te da derecho a darme sermones—Declaró la vampiresa poniendo una expresión irritada mientras se cruzaba de brazos.

—Yo no estoy saliendo con Nevra—Le informé con seriedad.

—¡Ay por favor, yo los ví abrazándose el otro día!—Exclamó Karenn.

—¿Acaso ya olvidaste lo que te prometí?—Le pregunté confundida por su repentino cambio de actitud hacia mí.

—¡Eres una mentirosa, eso es lo que eres!—Soltó la vampiresa procediendo a darme la espalda.

—¿Tan siquiera le preguntaste a tu hermano si estamos juntos antes de desquitarte conmigo?—Karenn no se dignó a darme una respuesta, por lo que decidí no seguir desperdiciando mi tiempo.—Vale, cree lo que quieras.

Remordimientos tardíos; EldaryaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora