[ X X I I ] A salvo

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Oímos a Twylda antes de que pudieramos verla. 

El guardian no mentía, estaba hecha un manojo de nervios. 

Sus ropas estaban sucias, parecía haberse caído mientras buscaba a su hijo. 

Mi corazón se encogió al verla así. 

—¡Mery! ¡Mery! ¡Mery, mamá está aquí! ¡Regresa por favor!—La voz de la brownie ya se oía rasposa después de haber gritado por tanto tiempo.

Me acerqué a ella pensando en que decirle.

No había forma de calmar a una madre con un hijo desaparecido.

—Señora Twylda—La llamé con suavidad tratando de no exaltarla más. 

—¡Eliksir, Leiftan ayudenme a encontrar a mi pequeño!—Pidió la mujer con los ojos desorbitados por la desesperación.

Después de todo, cada minuto que pasaba era crucial para encontrar a Mery.

—Vamos a encontrar a Mery, pero necesitamos que por su seguridad regrese al C.G—Le dijo Leiftan tendiendo su mano en su dirección. 

Twylda lo miró como si estuviera loco.

—¡NO! ¡Tengo que seguir buscando a mi hijo!—Exclamó la brownie con frustración.—No puedo perderlo, no a él también...

¿También?

¿A quién más había perdido Twylda?

—Twylda, los miembros de la Guardia lo buscarán, confíe en nosotros—Trató de convencerla Leiftan, pero la brownie siguió reticente a escuchar.

Tengo que ayudar a Leiftan.

No podemos desperdiciar tiempo así.

—Señora Twylda, si se queda aquí ellos tendrán que preocuparse de protegerla a usted y buscar a Mery, si resulta herida solo va a interferir con su trabajo—Esperaba que me escuchara, pues solo queríamos ayudarla.—Es mejor que los deje hacer la búsqueda y espere en el C.G.

Twylda se detuvo con una expresión pensativa. Ella sabía que teníamos razón, pero entendía su dilema. 

Era difícil quedarse sin hacer nada en una situación así. 

Tomé esa oportunidad para rodearla con el brazo mostrandole que estábamos de su lado.

—Estoy segura de que a Mery no le gustaría verla así, por favor venga con nosotros—Pasaron unos segundos, pero la brownie terminó por asentir debilmente con la cabeza. 

Leiftan nos escoltó de vuelta al C.G. 

Twylda no dejó de llorar durante el camino de regreso. 

En la Gran Puerta, Eweleïn nos recibió y se llevó a Twylda a la enfermería.

—Ven, hay que informarle a Miiko que Twylda ya está fuera del bosque—Seguí a Leiftan hasta la sala de cristal dudando que mi presencia fuera necesaria. 

Al entrar a la sala, el resto de la Guardia Brillante estaba presente a excepción de Valkyon y Nevra.

—Miiko, Twylda ya se encuentra en la enfermería—Anunció Leiftan.

—Vale, un problema menos—Dijo la kitsune soltando un suspiro de alivio, pero aún se le notaba tensa.—¿Que hace ella aquí?

Esquivé la mirada de Miiko con incomodidad.

—Eliksir ha convencido a Twylda de regresar al C.G—Respondió el rubio mientras la de cabellos oscuros me miraba con desaprobación.

—Iré con Jamón e Ykhar para ayudar con la búsqueda, te quedas a cargo hasta mi regreso—Informó Miiko prefiriendo, a último momento, hacer caso omiso de mi presencia. 

Remordimientos tardíos; EldaryaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora