[ X X I ] Deseos indefinidos

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Habían pasados unos días desde mi falsa confesión cuando Ykhar finalmente me iluminó con mi sentencia.

Al parecer, el Oráculo estaba de mi lado.

—¿Entonces ya no estoy suspendida?—Pregunté después de haber escuchado atenta la explicación de Ykhar. 

Al parecer, el maestro kappa había hablado tan bien de mí que eso me ayudo a salir casi impune. Digo casi impune porque a pesar de ya no estar suspendida, Miiko había ordenado que ayudara a limpiar la biblioteca durante un mes por lo ocurrido. 

En general, había tenido suerte. 

—¡Exacto!—Ykhar se encontraba escribiendo en un pergamino la respuesta que se le daría al mensaje del maestro kappa.

—La verdad es que a pesar de haber perdido la barca, te luciste con los kappas—Comentó Kero que estaba sellando algunos libros que habían sido devueltos.—¡Ahora se muestran positivos a tener una alianza con la Guardia! 

—El maestro te elogio en su carta e incluso espera que visites sus tierras en un futuro—Añadió la brownie con una sonrisa satisfecha. 

La verdad me costaba entender el por qué el maestro kappa me había elogiado en su carta. 

No creo haber hecho gran cosa. 

En todo caso, estaba muy agradecida. 

—Bueno, me alegra haber hecho algo bien—Confesé mientras retomaba mi tarea de lustrar las mesas de la biblioteca. Había estado trabajando desde temprano, pero no era tan malo como pensé que sería.

La mayor parte del día, la biblioteca estaba vacía a excepción de Ykhar y Kero.

—¡Seguro que ahora Miiko te aprecia un poco más!—Dijo Kero a lo que no pude evitar soltar una risa incredula.

—Lo dudo.

–¡Listo! Eliksir, ¿Podrías ir y lanzar esta botella en el mar?—Ykhar me entregó una botella de cristal con un pergamino dentro.

—De acuerdo, vuelvo en un momento—La brownie me había dicho que en Eldarya era usual comunicarse a través de mensajes en botellas que lanzaban al mar y con un poco de magia, llegaban a la persona deseada.

Estaba pasando por el mercado cuando escuché a los guardianes hablar de una nueva persona desaparecida. 

Últimamente faeries y familiares habían estado desapareciendo al adentrarse de más al bosque.

La teoría popular es que se trataba de blackdogs, lo cual no era muy alentador para aquellos que eran cercanos a los faeries desaparecidos. 

Lo peor de todo es que la gran mayoría de desapariciones eran niños y adolescentes. 

—¡Eliksir espera!—Valkyon me detuvo al momento de llegar a la Gran Puerta. 

—Hola Valkyon—Le saludé con mi mano libre. Después de haber ido a mi primera misión con Valkyon y practicar combate armado bajo su tutela, me sentía más cercana a él. 

Aun así, no sabía lo que Valkyon pensaba de mí.

Tal vez no era apropiado ser amigo de un jefe de Guardia.

Aunque Nevra no parecía tener problema con eso. 

—¿Que estás haciendo?—Me preguntó el Obsidiana.

—Ykhar me pidió que fuera a la playa para echar este mensaje al mar—Expliqué mostrandole la botella que sostenía en mano. 

Valkyon miró a su alredor rápidamente y dijo:—Te acompaño.

Remordimientos tardíos; EldaryaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora