•¿Shoto está embarazado? • [Bakutodo]

Tercer mes III/III

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— Tu vientre está muy grande para apenas tener tres meses.. —

Mencionó el cenizo, quien se encontraba entre las piernas del bicolor, acariciando y besando el vientre de este.

— Estoy cargando con nuestros cuatro cachorros Kats.. —

— Cuando tengas ocho o siete meses será muy complicado para ti caminar y hacer cosas normales. —

— Creo que esa es de las cosas que más me asusta.. y el cambio que tendrá mi cuerpo después de dar a luz... —

La verdad era que Shoto estaba generando una ligera inseguridad, su cuerpo después del embarazo sería un tanto diferente y estará un poco más gordito, le daba miedo que Katsuki no lo quisiera más por eso.

— ¿Mm?, ¿Y?, Seguirás siendo hermoso y el omega más lindo. —

Dejo otro beso en el vientre del menor, para después levantar la mirada a el bicolor, quien lo veía atentamente, pero al tener la mirada del alfa sobre el desvío está.

— ¿Me seguirás amando aunque mi cuerpo vaya a cambiar..? —

Podían ser los cambios hormonales que le estaban jugando mal, pero eso le aterraba.

— Sho, ya te lo dije, eres y siempre serás hermoso, estés un poco más gordito o no.. yo te amo por lo que eres, no por tu peso. —

Tomo una de las manos del bicolor y les dejo un pequeño beso, sonriendo levemente.

— Además.. si no te sientes conforme con tu cuerpo después de tener a nuestros pequeños, te ayudare a entrenar para que vuelvas a sentirte cómodo contigo mismo. —

Salió de entre las piernas del menor, para recostarse a su lado, abrazándolo suavemente.

— Pero yo te amaré estés como estés, me tienes loco por ti, Shoto. —

Comenzó a repartir pequeños besos en el cuello del menor, a lo que esté comenzó a reír levemente por las cosquillas. Sus miedos desaparecieron casi tan rápido como llegaron, Katsuki con solo unas pocas palabras ya lograba animarlo y hacer que sus inseguridades desaparecieran.

— Te amo, vamos a casarnos, por favor. —

— Sho, nos casamos hace años. —

— Vamos a volvernos a casar entonces. —

Shoto había recostado a el alfa y se subió sobre este, sentándose en su regazo, el cenizo lo miraba con un pequeño rubor en sus mejillas.

— ¿Por qué te ves tan endemoniadamente lindo? —

— No lo sé, a tus ojos siempre me veo lindo. —

Río levemente mientras pasaba sus manos con suavidad por los pectorales del alfa hasta los hombros de este, donde bajo levemente su camisa para ver la marca que le dejo a el alfa años atrás, quien relucía en su hombro con un hermoso, suave y sano tono rosa, sonriendo levemente.

— ¿Te gusta?, Es la linda marca que me dejó mi omega, me marco como su propiedad. —

— Es bastante linda, pero me gusta más la que me dejó mi alfa, es muy linda, me marco como suyo. —

Mencionó mientras llevaba una de sus manos a sus hombros, bajando levemente su camisa, más específicamente donde estaba la mordida del contrario en un lindo tono rosa vivo.

— Es bastante linda también, tu alfa es muy afortunado. —

— Mmm.. no, el afortunado soy yo. —

— No, yo. —

Ambos se miraron con el ceño levemente fruncido para después sonreír.

— Está bien, ambos. —