GOL ( Pedri González )

Capitulo uno: Trauma

Fecha de publicación
01/01/2024

Narra Pedri

—Tio, en serio, deberias parar —suena la voz de Gavi a mis espaldas.

Mi garganta no ha parado de arder desde que llegué a la casa de Ansu. El alcohol no sienta nada de bien cuando no estas aconstumbrado.

—Venga vámonos —dice Gavi intentando tirar de mi.

—Que no, que estoy bien, además estamos en el cumpleaños de Ansu —digo entre balbuceos.

—Llevamos ya dos horas aqui, más que suficiente.

Ansu Fati se ha convertido en uno de mis mejores amigos, desde que lo cedió el Fc Barcelona no lo veia y ha venido a Barcelona solo para hacer la celebración con nosotros, por eso no podia faltar a su cumpleaños celebrado en su antigua casa. A pesar de que haya muerto mi abuelo la semana pasada.

Él no tiene culpa de ello, nadie la tiene.

Y aunque insistía en que no hacia falta mi visita, yo he querido venir.

—¡¿Pero quién mierda ha traido alcohol?!si casi todos somos del equipo —grita Gavi captando la atención de los invitados.

Sus gritos retumban en mi cabeza como si un tambor sonara justo en mi oido, si a eso le sumas como se me está revolviendo el estomago...

La verdad es que no somos muchos, sólo los hermanos de Ansu, los del equipo y dos o tres amigos de su familia.

—Ya está bro, no bebas más, ya sabes que lo tenemos prohibido —dice Gavi

Lleva razón, mejor paro ya.
No se que pensaria Xavi si me viera de esta manera, doblando el codo como nunca, cuando tenemos mañana entrenamiento.

Esto no es propio de mí, nunca he bebido y ya no es solo por mi profesión, es porque tampoco me gusta, odio el alcohol... Pero pensaba que era una de las maneras más rápidas que había para olvidarse de todo, incluida una pérdida.

Pero he perdido el tiempo porque todavía me corroe por dentro el saber que no voy a ver más a mi abuelo.

—Mejor vete ya, estas pálido. Pediré a alguien que te lleve.

Gavi ha estado cuidando de mi desde que me dio el bajón la semana pasada. Parece mentira cuando siempre suele ser al revés, yo soy quién se encarga de él. Aún así dice mucho de Gavi que lo esté dando todo para que yo esté mejor, la verdad que estamos bastante unidos.

—Que va tío, cogeré el coche y llegaré en un momento —digo firme

Gavi pone rostro de desacuerdo.

—No te veo en condiciones...

Ruedo los ojos para que vea que le quito importancia al tema. Quiero que todo el mundo se quede para terminar de celebrar el cumpleaños y disfrutar hasta el último minuto.

—Que si idiota. Además vivo cerca, ya lo sabes.

Gavi resopla poco convencido pero luego asiente a regañadientes.

Agarro las llaves de mi coche y salgo rapidamente, intentando no congelarme en el intento y desde luego no caerme porque me tambaleo a pesar de no encontrarme demasiaso mal.

Empiezo a conducir pero a los diez minutos un dolor de cabeza insoportable me nubla la vista a cada segundo, será mejor que me desvíe hacia un lado, fuera de la autovía y me espere a que se me pase.
Giro el volante y de repente veo una luz blanca iluminarse ante mi; unos focos que cada vez se van agrandando más mientras que el sonido del claxon bastante grave se apodera de mis oídos, cuando por fin llego a darme cuenta de la situación  deseo no haberlo hecho porque es un horrible camión que está apunto de chocarse con mi coche.
Giro el volante casi como efecto involuntario, deseando salvarme de ser aplastado por esa bestia.

Pero creo que ha sido demasiado tarde, porque mi visión se vuelve negra, siento como si el oxígeno me abandonara y mis pensamientos se esfumaran.

Perdiendo el conocimiento me llevo como recuerdo mi última imagen; mis piernas totalmente ensangrentadas por los cristales y el capó del coche aplastando mis pulmones impidiendome respirar.