Capítulo sesenta y cuatro: Inicios

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Narra Carla

¿No os pasa que últimamente no sienten nada?
No están bien pero tampoco mal. Como si estuvierais... no se... apagados.

Estoy harta de tener una edad donde todo me preocupa. Harta de sentirme mal, y no saber el porqué. Harta de tener ganas de llorar, de gritar, de amar y de muchas cosas más que no se ni por donde me vienen. Y todo eso te agota, es como si hubiera un agujero negro por donde se va toda la energía.

Por eso creo que siempre ando tan agotada.

A veces pienso que es peor la salud mentar que la física.

Desde que Bellingham me hizo aquello me siento rara. Como si tuviera un miedo constante que me persigue. A veces la gente no se da cuenta del daño que causan con sus acciones.

A veces te dejan traumas de por vida.

Quiero olvidarme de aquello porque me está consumiendo por dentro el pensar que todavía existe gente así.

A veces hay que dejar de pensar tanto porque si no, uno se rompe por dentro... una y otra vez.

Y estoy cansada de romperme.

Estoy sola en mi casa de Madrid, son las once y media de la noche y apenas he comido en todo el día. Voy camino a la cocina para prerarme algo cuando de repente suena el móvil.

Me desvio de nuevo hacia el cuarto y sonrio cuando veo que quién me llama es Pedri, me tiro a la cama mientras atiendo a la llamada.

—¿Quién es? —le vacilo un poco aún sabiendo que es él.

—Te estás quedando conmigo ¿no? Te dije que te iba a llamar luego y luego es ahora.

Me rio para luego tocarme el puente de la nariz. Que paciencia tengo que tener con él.

—Si te estoy vacilando Pedri .—de repente me pongo seria—. ¿Estás bien? .—le pregunto después de haber visto el partido.

—Ahora un poco mejor desde que estoy hablando contigo

Al escuchar eso siento como mi corazón mete el acelerador y comienza a ir a más velocidad. Mierda.

—Que sepas que no me preocupo por ti... Es sólo que pienso que ha sido por mi culpa y me siento algo mal —le digo intentando convencerme a mi misma.

—¿Culpable por que? —pregunta ignorando mi borderia de antes.

—Porque tú y Gavi os habéis peleado con Bellingham y eso os ha hecho perder el partido —mi culpabilidad se delata con tan solo escuchar mi voz angustiada.

—No es tu culpa que hayamos perdido la liga. La competición es durante todo el año, si hemos dejado la puntuación igualada para el último partido es por culpa del equipo entero.

Escuchar su honestidad me sorprende bastante. Tanto que hasta me quedo sin hablar durante unos segundos, al ver que no respondo, Pedri sigue indagando.

—Pero deberías estar contenta ¿no? Tu equipo ha ganado la liga, además el Real Madrid femenino también... Deberíais estar montando una fiesta a lo grande —dice a través de la línea.

—La están haciendo solo que... No he ido —digo agarrando una fuerte bocanada de aire.

Los del Real Madrid han hecho una fiesta cerca de mi casa, han ido todos, tanto las del equipo femenino como los del masculino, los presidentes, etc... A mi me han invitado pero no he querido ir.

—¿Y eso por qué? Bellingham no te habrá molestado otra vez ¿no? —dice Pedri preocupado.

—No, de hecho ni me mira ¿Le dijiste algo para que no hiciera nada más? —pregunto frunciendo el ceño

La línea se convierte en un absoluto silencio. Se que fue el quien le pegó y quién le amenazó para que no me molestara más, pero es demasiado orgulloso y egocéntrico como para decir que me defendió... Aún así le pongo a prueba.

—¿Estás muy preguntona últimamente no? —suelta con un tono burlón que me hace reír.

Me ha desviado el tema como era de esperar. Pero bueno... por lo menos no lo ha negado. Es un gran paso.

—Ya que me has acusado de preguntona... Te voy a hacer otra  ¿por que me has estado ignorando estos días? —me reincorporo de la cama nerviosa y me siento en el filo de esta misma a esperar una respuesta.

La línea de la llamada de nuevo se queda unos segundos en silencio hasta que se digna a hablar.

—Es por Gavi... Está coladito por ti —su voz suena ahogada, como si le costara trabajo decirlo.

—Lo sé ¿y que tiene de malo?

—No nada... Sólo quería daros vuestro espacio. Por mi perfecto eh, yo te deseo lo mejor sólo que... Hay un problema —dice poniendo la voz de interesante.

—¿Qué problema?

—Que lo mejor soy yo —contesta Pedri con una voz picarona.

Ruedo los ojos pero luego me hace reír y al escucharme también se ríe.

—Que idiota eres de verdad —reculo nerviosa.

De repente el timbre de la casa suena y bajo por las escaleras a abrir.

—¡VOY! —grito llegando a la puerta.

—¿Quién es? —pregunta Pedri a través de la llamada.

—Mi hermano. Como ha terminado ya los estudios se viene a vivir conmigo una temporada por lo menos durante el verano.

—¿Juan? Espera... ¿todavía no te lo ha contado? —dice Pedri con preocupación

—¿Decirme el qué? —pregunto mientras llego a la puerta.

—Eh... nada... Sólo quiero que sepas que todo lo que salga de su boca no es responsabilidad mía ¿vale? NADA DE NADA. Ahora adiós —balbucea Pedri para luego colgarme el teléfono.

Me quedo con el ceño fruncido mirando hacia el móvil. Que raro se ha puesto de repente. En fin, no le doy importancia y abro la puerta de la casa y es cuando veo a mi hermano con dos mochilas y tres maletas.

—Parece que te has traído toda la casa —le digo sin dejar de mirar a todo el equipaje.

—Lo justo y necesario hermanita —dice entrando hacia dentro.

Cuando da unos cuantos pasos deja caer todo el equipaje al suelo sorprendido al ver el interior. Comparado con nuestra antigua casa... Esto es una mansión.

—Vaya pedazo de casa —dice para luego dar un silbido.

Cuando se da la vuelta recae en mi, que no hago otra cosa que mirar la pantalla de mi móvil.

—¿Qué te pasa? —me pregunta enarcando las cejas.

—Estaba hablando con Pedri por teléfono y de repente se ha puesto súper nervioso cuando se ha enterado de que estabas en mi casa.

—Uuuh ¿no te lo ha contado? —me pregunta mi hermano.

—Él me ha dicho las mismas palabras que tú.  Que si no me lo habías contado ¿que mierda está pasando? —pregunto algo angustiada y preocupada.

—Será mejor que te sientes Carla. Tenemos que hablar.

GOL ( Pedri González )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora