-Esta obra es un FanFiction del futbolista Pedri González.
-El primer Fanfiction dónde el Real Madrid y el FC Barcelona pasarán a ser rivales mucho más allá de los partidos, todo pasará a ser personal e interferir en la vida privada de los futbolist...
Al entrar a la casa Gavi y Carla pegan un respingo al verme y se separan disimuladamente.
Se que parezco tonto, pero no lo soy.
Veo como comparten risas tontas y tímidas entre ellos. Acabo de entrar y a pesar de que han disimulado antes, ahora pasan de mi, es como si no existiera. Carraspeo e intento llamar la atención.
—¿Qué pasa? —digo soltando las llaves sobre la mesita de la entrada.
—Nada ¿por qué? —contesta Gavi girándose hacia mi.
Me encogo de hombros dando como insignificante la escena, seguramente solo estarían hablando, aunque demasiado cerca para mi gusto.
Me siento al filo de la cama, mientras que ellos siguen hablando entre sí. Ruedo los ojos, ni si quiera pongo la atención en lo que están hablando, solo pienso en lo tanto que me molesta que me traten como un cero a la izquierda y no solo eso, si no que tampoco me gusta la idea de pensar que mi mejor amigo se lleve tan bien con mi mayor enemiga ahora mismo.
Por eso tengo que hacer algo.
Mi mente máquina lo más rápido posible hasta que encuentro algo que me puede servir.
Lo que más odia Gavi en este mundo es el Real Madrid. Es el antimadrilismo en persona.
Por lo que deduzco que si está aún tan simpático con Carla es porque todavía no le ha dicho que la han fichado para el equipo merengue.
Gavi odia todo lo que tenga que ver con el Real Madrid, en serio le tiene hasta fobia, no puede ver nada que tenga que ver con ese club ni de lejos.
Nunca he visto a nadie que odie tanto a algo como él al Madrid.
Por lo que doy comienzo a mi plan.
—Vaya que bien os llevais, cuanto rato llevais hablando ¿no?
Ambos asienten.
—¿Y aún no le has dado la enhorabuena tío? —me dirijo a Gavi.
—La enorabuena ¿por qué? —pregunta Gavi mientras que se le tensan los hombros.
—Vaya... ¿No te lo ha dicho? Carla es la nueva jugadora del Real Madrid.
Gavi abre los ojos como platos, mientras que abre para luego cerrar la boca en el acto, no le salen las palabras. Sus ojos me miran con asombro aunque después de unos segundos rehuye la mirada hacia Carla.
—Yo se que todo el mundo no es perfecto pero ser del Real Madrid es un delito —replica Gavi mirando a Carla.
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—Ser del Real Madrid es lo mejor que hay —contesta ella molesta.
—¿Por que eres del Real Madrid? —le pregunta Gavi intentando tranquilizarse.
Carla se encoge de hombros, impasible
—Pues porque es el mejor equipo de mundo —contesta ella con una sonrisa cerrada.
—Me refiero a porqué te empezó a gustar ese equipo —dice Gavi actuando como si le diera asco pronunciarlo.
—Por mi abuelo —continúa Carla—. Cuando yo era pequeña me ponía partidos del Madrid merendando y él se encarga de explicarme quien eran los jugadores y como eran las jugadas. Me gustaba porque pasaba tiempo con él.
De repente noto como se me agarra el pecho y trago saliva en el acto. Gavi me mira de inmediato conectando con mis ojos asombrados. Sabe que a mi también me empezó a gustar el FC Barcelona gracias a mi abuelo y que hacíamos exactamente lo mismo que Carla y el suyo cuando era pequeño.
—Bueno en ese caso... .—comienza a hablar Gavi de nuevo —. Te intentaré respetar. Pero sólo por tu abuelo, eh —aclara Gavi en una voz suave al darse cuenta de que Carla se ha puesto cabizbaja.
Gavi me vuelve a mirar para que entre en la conversación e intente salvarla. Creo que me está dando a entender que Carla se ha puesto mal por la conversación y necesita un cambio de aires.
—Bueno... .—Seguro que cuando tú abuelo te vea jugando en el estadio del Real Madrid se encargará de decirte lo orgulloso que está de ti —digo mientras me toco el pelo.
—Eso está difícil... —suelta Carla con una risa irónica.
—¿Por qué? —pregunto frunciendo el ceño.
—Porque está muerto —sentencia con firmeza.
La brusquedad de Carla al decir esto último hace que abra los ojos como platos. Se le ha roto la voz al decirlo al igual que se me acaba de romper a mi el corazón ahora mismo al escucharla.
Y es cuando de repente siento un dolor muy fuerte en el pecho como si de una puñalada se tratase.
A mi también se me murió mi abuelo.
Gavi me mira con unos ojos que transmiten lástima. Sabe que he vivido exactamente lo mismo que Carla y lo mal que lo pasé por ello.
Cuando Carla dirije sus ojos hacia mi puedo ver como su mirada está llena de frialdad. Tanto que me llega a partir el corazón una vez más.
He intentado arreglar la conversación y lo único que he hecho ha sido empeorarla. Y ahora me siento muy mal.
No sabia que a Carla se le había muerto su abuelo, de haberlo sabido le podría haber ayudado o incluso podríamos... habernos apoyado mutuamente.
Camino hacia el sofá y me siento a su lado. Carla está entre medio de Gavi y de mi, mirando hacia el suelo. Se que está concentrada en aguantarse las lágrimas porque no quiere llorar delante nuestra.
Tiene que ser duro que hayas podido cumplir el sueño de tu propio abuelo y que este mismo no pueda verlo.
Lo sé porque yo estoy viviendo exactamente lo mismo.
El dolor de la muerte de un abuelo no tiene comparación con nada el mundo. Apuesto a qué es la peor sensación del universo.
Te duermes en la cama, te levantas pensando que todo ha sido un sueño hasta que ves que no está, que efectivamente se ha ido para siempre.
No es una pesadilla, es la cruel realidad.
Es una sensación de vacío eterno del que nunca vas a poder recuperarte.
Porque el amor de un abuelo o abuela nunca te lo va a poder dar nadie.
Ese amor es incomparable. Es algo que ellos tienen especial, es... como... una magia que ellos solos desprenden.
Quiero pedirle a Carla que sea fuerte. Pero no se como hacerlo.
No puedo pedírselo en pleno duelo. No le puedo aconsejar que no llore porque las lágrimas son parte del dolor.
Lo que si se, es que ella no puede aguantar sus emociones porque eso sería llevar aún más carga. No puedo dejar que lo cargue todo sola. Me niego.
Le pongo mi brazo sobre sus hombros y le digo:
—Ahora más que nunca tienes que continuar con lo que te apasiona que es el fútbol. Porque ahora te miran desde el cielo, Carla.