Capítulo veinte: Venganza

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Narra Carla

Salgo de la consulta para buscar a mi hermano y poder tranquilizarle porque conociéndole seguro que se debe sentir fatal por lo que le ha dicho Pedri.

Siempre he pensado que Pedri tenía cara de idiota pero nunca llegué a pensar que sería un insensible.

Bajo las escaleras para poder salir del Hospital. Mientras camino, me abrocho la chaqueta negra hasta arriba y me intento camuflar lo máximo posible en ella.

Los de Seguridad me deben estar buscando.
Y ahora que lo pienso, es la segunda vez en el día de hoy que los de Seguridad han venido a por mi.

No paro de pensar en todo lo que acaba de ocurrir con Pedri. Parece surrealista, ¿me habré pasado un poco? ¿He sido demasiado borde?

No se, igual debería haberlo sido aún más.

La imagen del rostro de Pedri tan cerca me persigue a cada segundo. ¿Por qué me habré acercado tanto?
Estábamos a escasos centimetros, y tenerlo tan cerca Dios... No se como me he aguantado las ganas de escupirle en un ojo.

De verdad cada segundo que pienso en él, lo odio más.

Por fin encuentro las gigantes puertas del Hospital que dan a la salida.
Cuando las abro puedo ver a mi hermano sentado en el bordillo de la calle, mirando hacia el suelo.

—Juan... —me aclaro la garganta.

Él me mira y cuando recae en mi presencia comienza a disculparse.

—Lo siento... Te juro que no lo hice con mala intención. Pero es que me hizo tanta ilusion que un jugador de primera División te viera los videos que quise que lo supieras lo antes posible.

Y antes de responderle me fijo en que es totalmente de noche y es así como me acuerdo de que tengo padres.

Deben estar preocupados. Entre que he estado en el Bernabéu, luego se me perdió el móvil hasta que lo encontré y por último me he estado peleando con un jugador del Barcelona, se me ha olvidado llamarles.

Mi hermano me ve agarrar el móvil.

—¿Vas a llamar al hombre ese que te quería hacer las pruebas? —su voz está rota.

—No, son las ocho de tarde, voy a llamar a papá, tengo que explicarle que estamos en otra ciudad y que tardaremos en volver —digo como si no me diera miedo la reacción de mis padres.

—Espera —me frena mi hermano con la mano—. Primero llama al hombre de la prueba, a ver si te puedes acercar ahora en un momento.

Lo miro apenada. Se que ahora quiere arreglarlo todo para sentirse mejor pero ya han pasado muchas horas, y seguramente el hombre del Real Madrid no querrá hacerme una prueba para el equipo después de haberme ido así de allí.

—Juan... —quiero seguir pero me interrumpe.

—Por favor,  no me quiero ir de Madrid sin que lo hayas intentado al menos. Así me puedo sentir algo mejor.

Suspiro y acabo haciéndole caso.

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GOL ( Pedri González )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora